Viajé ayer a Bilbao para tener una ronda de conversaciones políticas.
De camino, paré en Lerma a comer (cordero, por supuesto).
Entré en un bar y me topé con un letrero en la pared que decía: «Hace un día estupendo. Seguro que hay un listo que biene a joderlo».
Sonreí y le comenté al camarero:
-El «listo» es el que dice que en el letrero hay una falta de ortografía, ¿verdad?
-¿Perdón? -me respondió.
-Digo que la gracia estará en la falta de ortografía, supongo.
-¡Ah! ¿Qué falta?
-Que pone «biene», con be.
-¿Y?
-Jodé, que es con uve.
-¿Con uve?
Le miré con intriga.
-El letrero no lo colocó usted, ¿no?
-Sí, lo coloqué yo. ¿Por qué?
Abandoné la conversación. Me había dado cuenta de que, efectivamente, yo era el listo.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (12 de mayo de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 23 de mayo de 2017.
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