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2002/11/28 06:00:00 GMT+1

El Gobierno y los medios

Rodríguez Zapatero, Bono y otros destacados miembros del PSOE se han lanzado a criticar el despido de Isabel San Sebastián de Antena 3 atribuyéndolo a las «constantes injerencias» del Gobierno en los medios de comunicación. Es una interpretación interesada. Y, desde luego, falsa.

No ha sido el Gobierno el que ha echado a Isabel San Sebastián de Antena 3. ¿Por qué habría de hacerlo? San Sebastián es todo lo progubernamental que puede serlo un(a) periodista. Tal vez más.

Eso de un lado. Y, del otro: el PP y su Gobierno no tienen una política unificada con respecto a los medios. Los hay que son furibundamente anti polanquistas y los hay que son, en la práctica, bastante polanquistas. Ejemplo: todo el mundo pudo ver la actividad qué desplegó el ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani en su fugaz visita a España el pasado 26. Giuliani repartió el tiempo de su estancia, financiada por la Fundación Barreiros -que preside la esposa de Jesús Polanco, Mariluz Barreiros-, entre las obligaciones netamente pro Prisa impuestas por sus anfitriones... y las actividades de apoyo al candidato del PP a la alcaldía de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón. Fue un caso realmente descarado de colaboración, que no creo que hiciera las delicias de Trinidad Jiménez.

Hay gestos de no beligerancia menos ostentosos, pero igualmente claros, y mucho más productivos. Así, las facilidades dadas por el Gobierno a la fusión entre Vía Digital y Canal Satélite -favoreciendo que, por una vez en la vida, el pez chico se coma al grande- o la proyectada legislación sobre televisión, que prácticamente pondrá fin a Telefónica Media en tanto que grupo.

De la misma manera, pero por el lado contrario, hay en las cumbres del PP algunos mandamases que son devotos de Pedro J. Ramírez, pero los hay que no se fían un pelo de él.

Resumiendo: que no ha sido el Gobierno quien se ha cargado a Isabel San Sebastián. Ha sido César Alierta, que no traga a Ramírez y que, por vía de consecuencia, tampoco traga a quienes le siguen la estela.

Escribió Karl Marx, en lapidaria sentencia citada hasta el aburrimiento, que la Historia se repite, sólo que la primera vez como tragedia y la segunda como farsa. Nos encontramos ahora con un caso que refuta la afirmación marxiana. El Gobierno está viendo cómo se repite con César Alierta la misma historia que ya tuvo con Juan Villalonga, sí, pero en los dos casos se trata de la misma ópera bufa. En ambos ha favorecido que un empresario sin la menor visión política de la jugada, pero con unas ganas locas de hacer dinero, encabece Telefónica. El empresario, así que pasa un cierto tiempo, se pregunta por qué tiene que perder dinero con unas empresas mediáticas que sólo le traen quebraderos de cabeza y a cuento de qué debe permitir que gente que no pone un duro, como Ramírez, se dedique a darle órdenes y a decirle qué tiene que hacer, cómo y con quién. Empieza a ponerse remolón, a meter baza donde no le llaman... y zas, hostia al canto en el morro, en forma de stock options o de sobrino con información privilegiada.

Alierta se ha lanzado a la guerra, como antes lo hizo Villalonga. Igual.

¿El final será también el mismo en ambas historias? Ni idea. Puede que no. El Gobierno está dividido en esa guerra. Y, además, está cansado.

Tanto va el cántaro a la fuente...

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (28 de noviembre de 2002). Subido a "Desde Jamaica" el 29 de diciembre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2002/11/28 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: telefónica periodismo jor diario alierta antena_3 2002 isabel_san_sebastián radio onda_cero televisión | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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