Los sumos sacerdotes de los media estadounidenses se dicen muy preocupados por el desprestigio que está acarreando a su país todo el follón que se han armado entre Bush y Gore, gracias al cual seguimos sin saber cual de los dos se instalará finalmente en la Casa Blanca cuando Clinton ahueque de una vez el ala.
Confunden el síntoma con la enfermedad. El lío del recuento de Florida no es sino una manifestación -aparatosa, eso sí- de dos males de fondo que aquejan al sistema norteamericano. Dos males que son, en último término, el mismo.
En primer lugar, los Estados Unidos de América carecen de legislaciones homologadas sobre cuestiones que son de primera importancia para el conjunto de su territorio. Por ejemplo: no tienen una Ley Electoral Federal. A veces, ni siquiera cuentan para estas materias con leyes específicas de cada uno de sus estados, por lo deben dirimir los conflictos que surgen en ellas sin más referencia legal que la jurisprudencia de sus tribunales estatales.
Lo cual confiere a sus jueces locales un papel desmesurado, puesto que les otorga simultáneamente las atribuciones del poder legislativo y del judicial.
Pero esto, que es de por sí malo, se vuelve mucho peor debido al hecho de que en los EUA no se llega a juez por vía independiente, sino por elección popular, es decir, por vía política. Con lo cual, cuando los jueces norteamericanos se ven obligados a sentenciar sobre litigios políticos, son a la vez -no ya en el fondo, sino incluso en la forma- jueces y parte.
Digamos, por resumir, que el sistema norteamericano hace inevitable tanto la judicialización de la política como la politización de la judicatura. Estos fenómenos no son -como en Europa, cuando se producen- una perversión del sistema, sino su modo normal de funcionamiento.
Lo cual hace posible situaciones como la que se ha creado en Florida.
En los EE.UU. no han matado a Montesquieu: le negaron la nacionalidad desde el principio.
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (16 de noviembre de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 4 de mayo de 2017.
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