Codigología: ¿Qué es un Código? Depende de los países. En los EUA, por ejemplo, se llamaba código a la orden que se daba a Buffalo Bill Cody para que se fuera. En España, en cambio, denomínase código, mayormente, a todo corpus de leyes expuesto de forma metódica y sistemática. Los principales son: el Corpus Christie, que se aplica el jueves sexagésimo día después del domingo de Pascua de Resurrección, y también a los crímenes de ciertas novelas policíacas; el Código Civil, que castiga, como su nombre indica, sólo a los paisanos -nunca a los de fuera-; el de Justicia Militar, muy uniforme, que fue hecho por mera afición a las paradojas; el postal, que sirve para zaherir a los que se empeñan en seguir enviado cartas por correo, pese a saber que casi siempre se pierden; el genético, que penaliza la paternidad irresponsable -o sea, la paternidad- y, en fin, el penal, que se utiliza para meter a la gente en la cárcel, razón por la cual también se le suele llamar código de barras.
El Código Penal de la Democracia. En nuestro país acaba de aprobarse un nuevo Código Penal, con la tonta excusa de que el anterior databa de 1848. Conforme a ese desordenado afán de modernidad, el día menos pensado tiran abajo el acueducto de Segovia y convierten la Alhambra en una hamburguesería. Para evitar que entre nosotros pueda tomar carta de naturaleza una cosa tan ajena a nuestras tradiciones, hemos decidido introducir en el citado «Código Penal de la Democracia» algunas reformas, en orden a facilitar que se vaya convirtiendo en lo que está destinado a ser: el Código Venal de la Dedocracia. Proponemos añadir los siguientes contundentes artículos:
Art. 147-bis. El que ofendiere, menospreciare o simplemente citare en vano a la Corona, su titular o sus suplentes, será castigado a aprenderse de memoria la lista de los Reyes Godos y a leerse diez biografías de Don Juan, si lo hace en privado. Si obrare con publicidad, será obligado a sintetizar en sólo diez folios las infinitas razones por las que los miembros de las Casas Reales del mundo entero se merecen la Medalla del Trabajo.
Art. 147-bis-bis. Se condenará con penas de prisión menor -como la de Girona, por ejemplo- no sólo a aquel que estuviere contra la Corona, sino también a cuantos manifestaren que están hasta la coronilla.
Art. 147-bis-bis-bis. Tendrán prohibida su presencia en España los ciudadanos suecos, noruegos, daneses, checos y cualesquiera otros que persistieren en tratar la corona como moneda de cambio.
Art. 344-bis l). Por razones de imperioso patriotismo, se considerará eximente del delito el blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico el blanqueo realizado con blanco de España.
Art. 161.4. En los casos de injurias y calumnias, se considerará circunstancia agravante que lo imputado públicamente se quede corto.
Art. 406.4 (también llamado «artículo mortis»). Será eximida de toda responsabilidad la mujer que causare la muerte violenta de su marido si pudiere demostrar que el suprascrito escuchaba en la cama por las noches programas radiofónicos deportivos.
Art. 33. El divorciado que se hiciere el longuis y no pagare a su ex esposa la correspondiente pensión será castigado a pagarle un hotel. O dos, si son pequeños.
Art. 3.14.16. Se instaurará como variante de castigo de fin de semana la reclusión domiciliaria con obligación de volver a ver en TV la serie completa de «Verano Azul». En casos de especial gravedad, se combinará con la visión de varias entrevistas de Lauren Postigo a Carmen Sevilla.
Se instaurará igualmente como castigo sustitutorio de la pena de cárcel la obligación de atravesar Madrid en hora punta conducido por un taxista nostálgico del franquismo que diga cada cinco minutos: «¿Sabe usted cómo resolvía yo todo esto?».
Art. 0. El funcionario público que vejare, rajare, torturare, apalizare o enterrare en cal viva sin causa justificada al detenido será castigado a la pena de admonición privada y a escribir cien veces «No permitiré que la próxima vez se sepa».
Art. 777. El funcionario público que en el desempeño de sus funciones se llevare la caja a casa, se construyere chalets por el morro o pagare joyas a cargo del erario será condenado a la pena de prisión mayor con patada en la puerta, a no ser que diga: «No sabía que era delito».
Art. Uro. En los casos de terrorismo, y por orden del todavía presidente del Gobierno, se instaurará la pena especial «pudrirse en la cárcel».
Javier Ortiz. Zooilógico, El Mundo (12 de noviembre de 1995). Subido a "Desde Jamaica" el 18 de septiembre de 2013.
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