Encefalitis espongiforme federalizante. Han causado gran conmoción en las derechas españolas de todo tipo, pero especialmente en las del PSOE, las declaraciones que el pasado domingo hizo a La Retaguardia Manuel Fraga Iribarça. En resumen, el presidente de la Xunta de Galicia dijo que el federalismo es la repera, y que hay que federarse porque, si no, «puede saltar todo el edificio institucional democrático por los aires» (lo que muchos han interpretado como una amenaza). «Se federen, coño», parece que afirmó Fraga Iribarça al periódico que edita el conde de Jodó.
Dada la trayectoria histórica del personaje, que surgió de las entrañas -de las vísceras, como quien dice- de la Una, Grande y Libre franquista, atravesó por los ministerios de Deformación y Cinismo y de Interior, con parada y fonda en Palomares, Montejurra y Vitoria, su súbita conversión al federalismo nos llenó también a nosotros de estupor. ¿Arruinará Fraga toda su carrera teniendo al final una idea buena? ¿Se estará extendiendo la enfermedad de las vacas locas británicas a los bueyes viejos gallegos? Dispuestos a averiguarlo, nos apresuramos a volar a Galicia para tratar del asunto vis à vis con él.
En el aeropuerto nos recibieron 3.224 gaiteros que atronaban al personal con los aires de Tannhäuser, Lohengrin, Tristán e Isolda, Parsifal y otras muñeiras y bailables ligeros. Nos abrimos paso hacia la sala de vips a tiros. Matamos a doce gaiteros y a una señora de la limpieza. El detalle le cayó en gracia a Fraga, que nos recibió con una sonrisa bonachona en los labios y los brazos abiertos. Le pedimos que los cerrara antes de que lo confundieran con un paso de Semana Santa y lo cogieran en volandas.
Iniciamos de inmediato la entrevista.
-¿Federalista usted, a estas alturas?
-Siempre lo he sido. Incluso en lo referente a mi propia persona. Hago invariablemente lo que me sale de las partes. Un centralista no reconoce las partes. Además, soy gallego por parte de padre y vasco por parte de madre. Más partes aún, como ven. Eso demuestra suficientemente mi federalismo consustancial. Y punto.
-¿Y España?
-Soy capaz de conjugar lo particular con lo general. Fíjense que yo siempre hablo de la «Chunta» gallega. Lo hago porque juntando muchas «Chuntas» me sale el Himno Nacional español, que, como ustedes saben, es «Chunta-chunta, tachunta-tatachunta-tatachún-chun-chun», etc. Con muchas patrias chicas hago una gran patria. Y punto.
-¿Hace punto?
-Sí, también.
-¿Es cierto que a usted le cabe el Estado en la cabeza, como se ha dicho?
-Sí. Pero tengo que meterlo por partes. Esa es otra razón por la que soy federalista. Y punto.
-¿No teme que Cataluña y Euskadi puedan acabar desmandándose?
-Eso lo resolvería también el federalismo. Si se desmandan, les mandamos el Ejército federal y hacemos una escabechina federal. Y punto.
-Se han cumplido ahora treinta años del día que se aprobó la Ley de Prensa, conocida como «Ley Fraga». ¿Cómo considera aquella experiencia?
-Fue muy positiva. Y muy federal. Para empezar, la ley que llevó mi nombre sólo sirvió para cerrar un periódico: el diario Madrid. ¿Cerramos El Diario Vasco? No. ¿Algún diario catalán? Tampoco. Sólo el Madrid. Eso demostró el carácter anticentralista de mi ley.
-¿Se acuerda usted de que expedientó a la revista Destino como represalia por haber publicado una carta firmada por un tal Jordi Pujol Solé?
-Je, je, je... Sí. Los dos éramos entonces jóvenes y fogosos. Pecadillos de juventud.
-Pero él acabó en la cárcel.
-Le he oído decir que la cárcel le ayudó a madurar. Me alegra mucho haber contribuido a su maduración. Y punto.
-También cerró por dos meses la revista Triunfo, y obligó a El Alcázar a cambiar de orientación política, y procesó a bastantes periodistas...
-Puramente anecdótico. Es como si yo les doy a ustedes ahora mismo un capón, y ganas que me están entrando. ¿Qué sería eso, considerando que hay miles de periodistas? Una anécdota.
-Volvamos a la actualidad. Se especula con que usted no está en muy buena sintonía con Aznar. Para empezar, no ha retirado el recurso contra la concesión del 15% del IRPF a la Generalitat.
-Yo soy hombre de muchos recursos. Ese me lo guardo, por si acaso. Pero con Aznar me llevo estupendamente. Hasta el punto de que, entre nosotros, hablamos en catalán.
-¿Ah, sí? ¿Y qué tal habla usted el catalán?
-Muy deprisa.
Lo dejamos hablando y nos vamos. Decididamente, aunque un tanto venado, está hecho un buey. De ahí que pueda mostrarse tan prepotente: es muy chuleta.
Javier Ortiz. Zooilógico, El Mundo (7 de abril de 1996). Subido a "Desde Jamaica" el 1 de octubre de 2013.
Nota: Zooilógico recuperado y dedicado a las memorias de Alfonso Martín Rodríguez Alargaor (miembro y agitador de la lista de correo Patera) y de Carla Matteini, recientemente fallecidos. Un fuerte abrazo para la gente más cercana a ambos.
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