¿Son cortos de luces los publicitarios? No.
Seguro que los hay que sí, pero me consta que otros no. Y como además suelen trabajar en equipo, si a uno se le ocurre una parida sin pies ni cabeza -algo perfectamente posible-, siempre aparece algún otro que se da cuenta, y lo corrigen.
De modo que, cuando nos topamos con un anuncio rematadamente lerdo es porque, después de muchos estudios, han decidido que debe ser así.
ING Direct machaca estos días en la radio con un anuncio en el que nos informa con alborozo que «por fin es más fácil ganar dinero que gastarlo». No, no le hago justicia. Debería transcribirlo algo así como. «¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Por fin es más fácil ganar dinero que gastarlo!!!!!!!!!!».
Poco importa que el mensaje sea objetivamente disparatado, absurdo, totalmente adecuado para arruinar la credibilidad del producto, ideal para sugerir que ING Direct es un nido de vendepeines dispuestos a coger el dinero y salir corriendo. Si ellos se anuncian así, es porque han comprobado que hay gente dispuesta a creerse que gracias a ING Direct puede ganar más de lo que gaste, por mucho que sea, y que ING Direct, teniendo la gallina de los huevos de oro en su corral, no la guarda bajo cien llaves, sino que la pone al servicio del público, en general. Porque ING Direct es así de altruista.
Hay otro anuncio que tiene también un aire inconfundiblemente estúpido. Empieza como si fuera una boda y alguien anuncia que un amigo de los novios va a dirigir unas palabras a la asistencia. El amigo en cuestión dice: «Hay pocas cosas que duren toda la vida. Yo he conseguido una: ¡mi trabajo!». De lo que se deduce que el chollo que propone consiste en lograr... ¡un empleo sin jubilación! Creo recordar que el spot vende unos cursos de policía local. Y los vende como si convertirse en policía local -¡para toda la vida!- fuera una expectativa envidiable, capaz de colmar las aspiraciones del más exigente.
No pretendo hacer una lista exhaustiva de anuncios pedorros. Me limito a constatar que existen. Que no son ninguna rareza. Además, los repiten machaconamente: las empresas anunciantes se gastan un pastón en ellos. Lo cual demuestra que les resultan rentables.
O sea, que hay mucho personal que se los traga y pica.
Dejo a vuestra cuenta la conclusión que se extrae del hecho de que los anunciantes opten por fabricar mensajes estúpidos para mejor calar en el gran público.
Un par de resoluciones judiciales
-Se ha decidido el archivo del expediente disciplinario abierto contra los jueces que integraban la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Por más que han examinado su actuación, no han encontrado base alguna que sustente la acusación de prevaricación.
Algún listillo se ha salido por peteneras: «Bueno, tal vez no prevaricaron, pero son malos jueces». Porque tú lo dices. Todavía hace unas semanas, avalaban la acusación de prevaricación precisamente en la brillantez de sus currículos: «Unos jueces tan bien preparados no podrían haberlo hecho tan mal sin querer».
La verdad es que los tres jueces fueron inducidos a error por un informe pericial engañoso. Puede que deliberadamente engañoso.
La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional se había convertido en un problema para el Gobierno porque echaba para atrás una y otra vez los montajes procesales de Baltasar Garzón. Gracias a este abracadabrante episodio, la Sala está integrada ahora por tres jueces que dicen amén a todo lo que Garzón les manda.
¿Cómo era aquello que dijo Aznar hace años? Ah, sí: «Teníamos un problema y lo hemos resuelto».
-Me lo han contado, y debe de ser verdad, por más que no vea la noticia en ningún periódico, y eso que me he ojeado esta mañana El Mundo, el País, ABC, La Razón, La Vanguardia, Avui, El Periódico de Catalunya... y ya ni sé cuantos más: el juez ha puesto en libertad a todos los integrantes del grupo de árabes detenidos hace semanas en Barcelona acusados de integrar una rama de Al Qaeda en territorio español. Descarta procesarlos porque dice que no hay la más mínima prueba que los implique en la red de Ben Laden.
Su detención fue noticia de primera página. Su puesta en libertad ni siquiera ha sido noticia.
Una anecdotilla
Me llaman de Barcelona.
-Que te has quedado sin contertulio, ¿eh? -me dicen.
No sé de qué me hablan.
-Sí, hombre. El diputado del PP catalán que teníais últimamente en las tertulias de Radio Euskadi.
Al fin me aclaro.
-Ah, sí. Un buen tipo, muy dialogante. ¿Y qué le ha pasado?
-Que ha recibido un telefonazo de la dirección del partido ordenándole que os deje. Que no participe en esa tertulia.
-¡No me lo puedo creer!
-Pues créetelo.
Escribo esto a las 7 de la mañana. Dentro de hora y media lo comprobaré.
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (15 de mayo de 2002). Subido a "Desde Jamaica" el 24 de abril de 2017.
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