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2004/04/28 06:00:00 GMT+2

Democracia planetaria

El balance de la misión militar española en Irak, a expensas del recuento final de bajas propias y ajenas -si es que alguna baja merece ser llamada ajena-, resulta desolador.

Se dijo que el objetivo perseguido con el envío de tropas era contribuir a la pacificación y democratización de Irak. Lo cierto es que no han dado ni un solo paso efectivo en esa dirección. Han ayudado a sustituir una dictadura local por una dominación extranjera; una mala utilización interna de los recursos petroleros por su explotación directa por firmas foráneas; un sistema político de partido único muy ramificado, el Baaz, por un mando artificial de políticos títeres que no mandan ni sobre sí mismos. Ni siquiera han abierto el paso a las inversiones españolas, como algún cínico desaprensivo aseguró que ocurriría.

La situación sobre el terreno es descarada. Aunque se siga representando el paripé del traspaso de poderes, ni los EEUU van a ceder su control a la ONU ni la soberanía del país va a retornar a manos iraquíes. Washington ya ha anunciado que cuenta con mantener el mando no sólo sobre sus propias tropas, sino también sobre las del resto de la coalición y, ya de paso, también sobre la policía iraquí. Colin Powell ha rematado la faena asegurando que el próximo Gobierno iraquí, comience a funcionar el 30 de junio o cuando sea, tendrá una «soberanía limitada». (Es curioso que recurra a la terminología empleada por Brézhnev para justificar la ocupación rusa de Checoslovaquia en 1968.)

Dos posibles reflexiones a partir de todo esto.

Una es la más común en España. Según ella, constituyó un grave error mandar tropas; la intervención militar, a falta de un mandato expreso de la ONU, no fue ni legal ni legítima; los argumentos manejados para justificar el ataque fueron auténticas patrañas, etc., etc.

Todo lo cual es verdad y conviene decirlo, pero resulta insuficiente. Examina lo que está sucediendo en Irak como si fuera el resultado de algo así como un ataque de megalomanía de George Bush o, todo lo más, como una maniobra para quedarse con los pozos de petróleo iraquí. No lo inscribe dentro del conjunto de iniciativas puestas en marcha por los EE.UU. para hacerse con el control de toda la inmensa zona que se extiende desde China hasta la costa del Mediterráneo. Desde Afganistán hasta Palestina, se extiende una enorme franja de decisiva importancia geoestratégica, crucial para el equilibrio de fuerzas a escala mundial. En ese sentido, Afganistán no es sólo Afganistán, ni Irak es sólo Irak, ni Palestina es sólo Palestina.

No se trata de criticar únicamente una guerra torpemente planeada y mal llevada, sino de tomar posición frente a todo un plan de subordinación del mundo a los designios de un solo Estado. Es, en suma, una cuestión de democracia a escala planetaria.

Javier Ortiz. Apuntes del natural y El Mundo (28 de abril de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 21 de mayo de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/04/28 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: irak españa usa bush zapatero 2004 el_mundo apuntes | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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