La nueva situación que se ha abierto en Euskadi presenta muchas ventajas -quisiera creer que para todo el mundo-, pero entraña un grave inconveniente para bastantes políticos: les obliga a pensar.
Cuando ETA mataba, todo era muy simple. O, mejor dicho, podía abordarse como si fuera muy simple: de un lado, los terroristas; del otro, los demás. Programa político: aislar a los terroristas y a sus valedores, echarles encima a la policía y meterlos en la cárcel. Segunda línea de ataque: acusar de tibieza y ambigüedad a cuantos no dijeran que con ese programa se podía poner fin al conflicto.
Ahora ese guión ya no vale, ni siquiera para salir del paso. La realidad es otra, y desenvolverse en ella requiere elaborar tácticas complejas, medir muy bien los matices de lo que se dice, seguir caminos sinuosos, establecer diversos géneros de alianza, según para qué... La tregua de ETA ha quitado de la mesa el parchís al que venían jugando desde hace 20 años y lo ha sustituido por un tablero de ajedrez. Eso les ha desconcertado. A unos porque se habían acostumbrado a no dar demasiadas vueltas a las cosas (bastaba con tirar el dado, a ver si les tocaba comer y contar veinte) y a otros porque, según todas las trazas, el Divino Hacedor no se esmeró demasiado cuando concibió su cerebro.
Van a tener que seguir cursillos acelerados de capacitación. Veremos cuántos de ellos los superan.
Algo que deberán aprender urgentemente es que, en todo proceso de negociación, uno debe ser tan ambicioso en sus pretensiones como modesto en sus éxitos. Hay que obtener el máximo y presumir lo mínimo. Cuanto más se logra, menos hay que exhibirlo. Clama Redondo Terreros: «¡Hemos vencido!». No es verdad; esto ni siquiera ha empezado. Pero, tanto más verdad fuera, tanto menos debería proclamarlo. ¿Qué pretende? ¿Reforzar los sectores del MLNV más remisos a la negociación?
Otra norma de obligado cumplimiento: hay que ofrecer siempre una salida al oponente. Al enemigo que huye no se le tiende un puente de plata por generosidad, sino por conveniencia. El empeño de Mayor Oreja en decir que ETA controla el Pacto de Lizarra (¿cree realmente que ETA manda sobre el PNV, sobre EA, sobre IU?) no favorece en nada las transformaciones que él mismo -supongo- pretende.
Vale que no sean maestros de ajedrez. Pero que se enteren al menos de cómo se mueven las piezas. Porque la partida va a empezar dentro de poco y me imagino que no querrán que les den jaque mate en el quinto movimiento.
Javier Ortiz. El Mundo (24 de octubre de 1998). Subido a "Desde Jamaica" el 25 de octubre de 2011.
Comentarios
que de la mano del PSOE iba a romper España, hoy es un partido democrata integrado por gente de ETA y gente que no es de ETA buenisimas personas,amigas de toda la vida.
Ya lo dijo aquel primer ministro ingles del s.XIX, Lord Parmerston
se llamaba:
«Inglaterra no tiene amigos permanentes ni enemigos permanentes. Inglaterra tiene intereses permanentes».Pues eso.
Eso si, en Madrid van a tener que tomar clases de ajedres en cursillos acelerados.
Escrito por: Tailo.2011/10/25 17:19:53.793000 GMT+2