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2004/08/04 07:00:00 GMT+2

Decidido por mayoría

Mariano Rajoy ironiza a cuento de los muchos asuntos que pueden solventarse por mayoría. «Por mayoría se pueden decidir muchas cosas: que Zapatero es un estadista, que Rubalcaba es Santa Teresa, que Llamazares es un intelectual y hasta que Rajoy es guapo. Pero una cosa es que todo eso se decida por mayoría y otra que sea verdad», ha sentenciado.

La frase puede parecer ingeniosa. Es una vaciedad. Una vaciedad con trampa.

Por mayoría pueden decidirse muchas cosas, qué duda cabe. Pero las personas e instituciones con capacidad para suscitar votaciones no suelen proponer que se voten idioteces. O absurdos como los mencionados por Rajoy. Así que es casi mejor no ponerlos como ejemplo. Por el aquel de no ridiculizar la democracia.

¿Es cierto que a veces la mayoría respalda con su voto resoluciones que no responden a la verdad? Así lo cree Rajoy. Yo también.

Pero haré dos observaciones a esa común creencia.

La primera: es muy posible que las ideas que Rajoy y yo tengamos de la verdad no coincidan demasiado. Así que me temo que nuestras respectivas verdades no tengan gran valor como parámetro objetivo. Por ejemplo, para mí no era verdad que Aznar valiera para presidente de Gobierno. Y ya ven.

Segunda observación (muy evocada en la vida política, pero también muy olvidada, a lo que se ve): la adopción de decisiones conforme al voto de la mayoría no garantiza el acierto, pero los demás métodos de tomar decisiones lo garantizan aún menos.

Rajoy debería saberlo muy bien. Le bastaría con recordar cómo su jefe no quiso oír el clamor de la mayoría -tan abrumadora que incluso hacía ocioso el voto- cuando le tocó decidir si metía o no metía a España en la Guerra de Irak. Y, convencido como estaba de que la mayoría se equivocaba y lo suyo era la verdad, dio el paso adelante sin sombra de vacilación. En mala hora.

Las ágoras predisponen a la demagogia, pero las bambalinas son el medio preferido por los conspiradores y los urdidores de mentiras. Bush, que también desconfía del voto libre, está ahora decretando alarmas apremiantes basadas en informes anteriores al 11-S. Le han asegurado que cuanto más miedo colectivo cree, mayores y mejores serán sus expectativas electorales. El tejano venido a más también cree que «por mayoría se puede decidir cualquier cosa» y confía en que los norteamericanos se aperciban de que él es, precisamente, cualquier cosa.

Sabemos, por propia declaración, que Rajoy no se tiene por guapo. Ni falta que hace: no se postula para un concurso de belleza. A cambio, me temo que se considera perspicaz, y que por eso se atreve a tachar de «broma» los trabajos de la comisión del 11-M.

Le convendría bajar los humos. Tras haber palmoteado de contento durante meses festejando todas las patrañas de Bush, no le vendría nada mal realizar un sano y reparador ejercicio de modestia.

Javier Ortiz. El Mundo (4 de agosto de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 22 de abril de 2018.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/08/04 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: el_mundo usa 11m madrid 11s bush 2004 rajoy españa | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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