El Forum de Barcelona acogió el martes pasado un debate entre -eso dijeron- «periodistas vascos». Los encargados de la cosa reunieron a Pedro García Larragán (Radio Euskadi), José Félix Azurmendi (ETB), Marxelo Otamendi (Berria), Gorka Landaburu (Grupo 16), Isabel San Sebastián (El Mundo, etc.) y José María Calleja (Canal +, etc.).
ETB emitió el miércoles por la noche la grabación del debate, pero no pude verlo. Vi una selección de momentos estelares que nos pusieron durante el coloquio del programa Pásalo, el propio miércoles por la tarde. También escuché por radio varios fragmentos y leí algunas reseñas de Prensa.
Por lo que entendí, el primer incidente se produjo cuando Pedro García Larragán se permitió aludir al hecho de que José María Calleja vive desde hace años fuera de Euskadi. Parece que eso indignó al propio Calleja y a Isabel San Sebastián. Ignoro por qué. No atribuyo a la condición de vasco ninguna virtud ni mérito especial, pero no por ello creo que haya que considerar vasco a todo el mundo, incluso aunque no lo pretenda. Calleja es del Bierzo -eso creo que me dijo él mismo- y reside en Madrid desde hace la intemerata. El hecho de haber pasado unos años en Euskadi no le convierte en vasco -no más que a mí en francés mi prolongada estadía en Francia-, y aquello se suponía que era un coloquio entre periodistas vascos, no entre periodistas con alguna experiencia o conocimiento de la política vasca. (De ser esto último lo pretendido, habrían podido meter allí a cualquier columnista o contertulio de la radio madrileña, porque no conozco ni uno solo que no se crea experto en Euskadi.)
De todos modos, la mayor equivocación de los organizadores al meter a Calleja no vino por ese lado. Su error principal fue incluir en el debate a alguien que va por la vida de provocador profesional y que es ontológicamente incapaz de dialogar sobre nada que tenga que ver con Euskadi. Porque doy por supuesto que el objetivo del debate era dialogar.
A Calleja sólo lo invitan quienes quieren que monte su numerito, que es siempre el mismo y que lo monta venga o no a cuento. El martes en concreto no venía a cuento, pero él lo montó, acusando a Marxelo Otamendi de ser de ETA. Así, sin más. Y cuando le afearon que lanzara acusaciones de tal envergadura sin base alguna, respondió que a él también le han acusado de muchas cosas sin pruebas.
Obsérvese el nivel intelectual: como se considera injustamente acusado, se ve con derecho a acusar injustamente.
Pero, insisto: se limitó a comportarse a su modo. Del único que sabe. Si los responsables del Forum hubieran querido organizar un debate de argumentos, en el que no cupieran los insultos, habrían limitado la invitación a periodistas habituados a servirse tan solo de argumentos, prescindiendo de los improperios. Al modo de Gorka Landaburu, que tiene infinitas más razones que Calleja para la visceralidad, puesto que fue víctima de un atentado tan cruel como estúpido de ETA, por culpa del cual no puede servirse de sus manos ni para las funciones más elementales.
Invitaron a Calleja y estuvieron a punto de que el debate se les fuera al carajo.
No, no creo que la iniciativa del Forum de Barcelona fuera tan positiva como se ha dicho. Tuvo aspectos positivos, sin duda, pero los organizadores se dejaron arrastrar también en parte por el deseo de hacerse notar por la vía del escándalo.
Dicho lo cual, me parece desproporcionado el interés que algunos medios han mostrado por ese debate. Por lo que me han dicho no sólo algunos de los que lo vieron íntegro, sino también algunos de los que participaron en él, tampoco dio para mucho.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (30 de julio de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 19 de junio de 2017.
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