Acebes supone -o eso dice- que Carod-Rovira estará contento porque ETA pensaba atentar en Madrid y no en Cataluña.
Cuando lo escuché, me quedé helado. Suponía a Acebes capaz de casi todo. Ahora ya sé que es capaz de todo.
Creí que habían alcanzado el techo del insulto cuando acusaron a Carod de ser indiferente a lo que pudiera pasar o dejar de pasar fuera de Cataluña. Porque eso es ya en sí mismo monstruoso. Pero, qué va: todo récord está hecho para ser superado.
Me preguntaba ayer cuál será la siguiente. Pensé: «Son capaces de acusar a Carod de haber sugerido a ETA los objetivos de sus próximos atentados». Y hete aquí que oigo una antología de los programas de radio de la semana y me entero de que esa acusación ya está formulada: un Rasputín de las ondas dio ya hace unos días por supuesto que Carod acudió a su reunión con ETA provisto de una nutrida lista de nombres y direcciones.
Carod llamó ayer a estos tipos «miserables». Soy consciente de lo difícil que es encontrar adjetivos que les cuadren. Casi todos los que le vienen a uno a la cabeza representan una ofensa para la casta humana o la especie animal aludida. Pero, en todo caso, si algo no son, es miserables. Porque «miserable» viene de miseria. Y esta gentuza nada en dinero.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (1 de marzo de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 12 de mayo de 2017.
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