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2003/05/24 06:00:00 GMT+2

Cuestión de tiempo

Los representantes de Francia, Alemania y Rusia en las Naciones Unidas han votado favorablemente una resolución del Consejo de Seguridad -la 1.843- que implica su aceptación de la realidad impuesta en Irak por la fuerza de las armas.

Los gobernantes tienden espontáneamente hacia la inmoralidad. No lo hacen sólo por vicio, sino también, y sobre todo, porque les consta que las fuerzas sociales que los respaldan -en especial los negociantes- abominan de principios e ideologías, tan difíciles de colocar a plazo fijo. Un gobernante con vocación de futuro tiene que demostrar día tras día a la gente de orden -del orden económico, sobre todo- que lo suyo es la realpolitik, la dúctil adaptación al medio, la capacidad para avenirse a lo que sea, si conviene. Los políticos de postín saben perfectamente en qué momentos excepcionales es de buen tono apelar a las grandes ideas, porque vienen a cuento y visten, y cuándo se impone desdeñarlas, porque resultan desagradables y estorban.

Si Francia y Alemania han aceptado la resolución 1.843 con Putin de comparsa, no ha sido -como sostienen con patética desvergüenza- porque gracias a ella vayan a aliviar las penurias del pueblo de Irak, ni siquiera porque de ese modo faciliten los negocios de sus multinacionales -ese argumento habría valido igual hace dos meses- sino, pura y simplemente, porque han llegado a la conclusión de que no están en condiciones por ahora de plantar cara a la maquinaria militar-industrial con sede en la Casa Blanca.

El punto al que se ha llegado tiene todos los rasgos de una tregua.

Los dirigentes de las grandes potencias europeas pueden ser tan pusilánimes como haga falta. Pero todo, incluso su falta de fuste, tiene límites.

Lo mismo puede decirse del lado opuesto. En su soberbia armada, Washington ha decidido que puede imponerse en cualquier contienda, en todas partes y a todas horas. Sin discusión. Sin rival.

Pero eso no puede ser. Porque esa pretensión -digámoslo así, por resumir- va contra Darwin, contra Newton y contra la Historia. El universo mundo está regido por el principio de contradicción. Donde uno domina, otro aspira a sustituirlo. Donde hay opresión hay resistencia. Todo lo que sube baja. Panta rei. La balanza requiere dos platillos. Sin contrapeso no hay equilibrio. (Puedo seguir así hasta el infinito: los tópicos son el fiel compendio de la experiencia.)

Europa ha perdido esta batalla, y sus mediocres dirigentes se han apresurado a presentarse en el escenario mundial con las orejas gachas. Da igual. Acabarán haciendo lo que tienen que hacer. O serán sustituidos por quienes estén dispuestos a hacerlo.

Porque esta guerra va a seguir. Y va a ser tremenda.

Admito apuestas.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social y El Mundo (24 de mayo de 2003). Subido a "Desde Jamaica" el 16 de junio de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2003/05/24 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: irak el_mundo usa rusia guerra francia diario 2003 alemania onu | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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