Ayer ETA tuvo un día inusualmente comunicativo. Habitualmente se explica como los grandes artistas, que suelen decir eso de que «lo que mi obra no acierte a decir no vale la pena que lo diga yo con palabras». O como el verso de César Vallejo: «En fin, no tengo para expresar mi vida sino mi muerte». Pero ayer se mostró locuaz.
Primero, mandó un comunicado a Gara en el que justifica el asesinato de Manuel Indiano, concejal del PP de Zumárraga, el asesinato frustrado de José Ramón Recalde y el atentado contra la discoteca Txitxarro, propiedad de la familia del empresario José María Korta, al que también asesinó.
A Recalde le imputa que fue consejero del Gobierno de la Comunidad Autónoma Vasca, que es -afirma- «el Gobierno que asienta la partición de Euskal Herria». C'est tout. Explicación tan escueta como absurda: de un lado, lo que dice es falso, porque Euskal Herria está partida desde que existe la partición entre Estados, con lo cual la cosa tiene un «asiento» mucho más viejo y mayor, y, del otro, es incongruente: con ese argumento, antes de ir a por un exconsejero, a quien tendrían que cargarse es a Ibarretxe, jefe en activo del «asiento».
A continuación explica ETA por qué condenó a muerte al concejal Indiano: «Fue traído de España por el PP para rellenar su lista». Otra vez el laconismo; otra vez la falsedad. Alguien que presta su nombre tan sólo para que se complete una lista electoral no pone una tienda de golosinas y se queda a vivir en el pueblo. Lo que ETA quería decir, pero no se ha atrevido, es que lo ha matado por haber cometido el doble delito de ser inmigrante y ayudar al PP. Un inmigrante que aprecie su vida lo mejor que puede hacer es volverse abertzale. O, por lo menos, estarse calladito.
Aborda acto seguido el atentado contra la discoteca Txitxarro. Sostiene que lo hizo porque allí se traficaba con droga y «las instituciones y cuerpos policiales no exhiben una actitud firme ante el aumento del consumo de drogas». Admito que, si las anteriores explicaciones me habían parecido disparatadas, esta proclama de subsidiaridad policial me ha causado un ataque de risa. ¡ETA, criticando la ineficacia de las instituciones y cuerpos policiales!
Entretanto, Pakito Mujika Garmendia también trataba de dar explicaciones, sólo que en Madrid y ante la Audiencia Nacional. Afirmó que «ETA, en sus acciones, pone un cuidado especial en que no haya víctimas civiles». Claro: por eso se carga concejales. Todos sabemos que los concejales son generales de la Guardia Civil camuflados. Lo mismo que los clientes de Hipercor.
«Sería interesante saber por qué ETA comete este tipo de acciones», añadió Mujika. Sí que lo sería, sí. Y también sería interesante que él mismo reflexionara sobre el lapsus freudiano que le indujo a decir «comete», en lugar de «realiza».
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (22 de septiembre de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 20 de marzo de 2017.
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