Con la enorme cantidad de «libros de cómo» que han visto la luz en los últimos tiempos -de ésos de «cómo hacer esto sin que te pase lo otro»-, parece mentira que a nadie se le haya ocurrido publicar el que ahora mismo se vendería mejor: «Cómo escapar del PSOE sin dejarse las plumas en el intento».
Ser del PSOE no es lo mismo que tener carnet del PSOE. Hay militantes del PSOE que son de una honradez intachable. Hace unos días, llamó uno al programa de Luis de Olmo: se identificó como militante socialista de toda la vida, anunció que quería hablar de la corrupción imperante, hizo una pausa... se echó a llorar y colgó. Los conozco que no se dan de baja en el partido solo porque confían en que algún día no muy lejano la dirección cambiará de manos y, por las mismas, de orientación. Pero para los otros, para ésos que no militan en el PSOE sino que «son» del PSOE, la adscripción socialista no ha sido más que un trampolín para su medro personal.
-Y tú ¿qué? ¿Todavía no estás en el PSOE? -me preguntó hace unos años el dueño de un conocido restaurante madrileño frecuentado por ministros y ejecutivos.
Le respondí que esa eventualidad no figuraba entre mis proyectos a más corto plazo.
-Pues muy mal, muy mal -me dijo-. Así nunca llegarás a nada, hombre.
Ni se le ocurría que alguien pudiera estar o dejar de estar en el PSOE por razones políticas o ideológicas. El hablaba tan sólo de «llegar».
Y llegaban, vaya que sí. A unos el partido les daba la oportunidad de demostrar que valían. A otros, de que daba igual que no valieran. Todos llegaban. Y muy fácilmente.
Demasiado. ¡Les iba tan bien! ¡Resultaba tan sencillo! ¡Tenían tan adecuadamente neutralizados los mecanismos de control de todo! ¡Lograban tan cómodamente las mayorías necesarias para aprobar proyectos, otorgar subvenciones, asignar obras, apañar concursos, amañar oposiciones, contratar a dedo, decidir programas, obtener créditos! Para los que contaban con el salvoconducto del PSOE, esto no era España: esto era Jauja.
Les era todo tan rematadamente fácil... que remataron demasiadas cosas por la brava. Con hilvanes.
Y ése es el origen de sus males actuales. Así que la Prensa se ha puesto a tirar fuerte, los hilvanes han empezado a soltarse. Y se están quedando con las vergüenzas al aire.
Con lo cual el problema que para muchos ha pasado a primer plano es el que planteaba al inicio: ¿cómo abandonar ese transatlántico antes de que la siguiente vía de agua sea la del propio camarote?
Sin dármelas de profeta, puedo anunciar cómo acabará resolviendo su papeleta más de uno: echándose rápidamente en brazos del PP.
Y es que hay gente que no está ni con el PSOE, ni con el PP, ni con nadie: que estará siempre, pase lo que pase, con el que esté.
Javier Ortiz. El Mundo (21 de mayo de 1994). Subido a "Desde Jamaica" el 28 de mayo de 2011.
Comentarios
Escrito por: Flamboyan.2011/05/28 17:03:34.255000 GMT+2
Javier:
Siempre has sido extraordinario.
Me he pasado una semana fuera y sin ordendor, y no he podido leerte.
¡Que le vamos hacer!
Ya he vuelto y te leeré, como siempre, a primera hora de la madrugada en pijama.
Antonio
Escrito por: Antonio Martí moral.2011/05/28 18:48:42.566000 GMT+2