Los dirigentes políticos lo agasajan. La Prensa lo pone por los cuernos de la luna. "Símbolo de libertad", he leído que lo llaman.
Si la Hacienda pública investigara sus transacciones comerciales -mínimo, ocho dígitos-, descubriría con qué desenvoltura trabajan los símbolos de la libertad. Y con qué maletines.
Pero no lo hará.
El arte de burlar al Fisco también es arte.
Y si el Rey te aclama, y si Aznar te aclama, y si Schröder te aclama, ¿quién va a ser el guapo que te haga una complementaria?
¡Loor y gloria al vendepeines de los vientos!
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (17 de septiembre de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 18 de marzo de 2017.
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