Zooilogía política. El cathus Legiña es un mamífero carnívoro doméstico, de cabeza redonda, boca muy áspera y patas metibles, terminadas en uñas fuertes y agudas, pero retráctiles. El especímen Legiña va de gato -así se llama a los habitantes de Madrid- porque, como la mayoría de los madrileños, no es madrileño. Su figura es hoy representativa de los muchos políticos felipistas que se dieron ayer el castañazo.
Nuestro maullador: Joaquín Leguina. 54 años. Economista. Cántabro.
¿Qué dicho se le aplicará a partir de hoy? «Tanto va el cántabro a la fuente...».
¿Peculiaridad política? Iba en el PSOE en plan socarrón y distante, y de repente le dio un ataque de felipitis aguda y se puso más fiera que Corcuera y Rodríguez Ibarra juntos.
¿Y eso? Ni idea. ¿Habría gato encerrado? ¿Pensó que de bruto partidista lograría más popularidad que yendo por libre? En todo caso, es obvio que no logró dar gato por libre y no se llevó el gato al agua.
¿Aficiones? Escribe novelas. La última se tituló Tu nombre envenena mis sueños. Ahora cuentan que está escribiendo otra, inspirada en Pedro J. Ramírez, que se llamará Tu nombre envenena a mis dueños.
¿Qué dijo sobre estas elecciones? «Si el PP las pierde, el señor Ramírez y compañía se queman en Benarés, como las viudas, y se arrojan al Ganges después». Un poco raro eso de tirarse al Ganges cuando uno ya ha ardido. Se ve que, como él es gato, se piensa que todos tenemos siete vidas.
¿Cómo ha encajado la derrota? Dice que deja la política. Más parece que la política le ha dejado a él.
¿Qué célebre reflexión viene a la mente cuando se examina su trayectoria? La de Lamartine: «Cuanto más observo a los representantes del pueblo, más aprecio a los perros». Y los perros son poco amigos de los gatos, con más razón.
Javier Ortiz. Zooilógico, El Mundo (29 de mayo de 1995). Subido a "Desde Jamaica" el 13 de agosto de 2013.
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