Aún sigo impresionado por la contestación que dio el pasado miércoles el ministro Borrell a una pregunta sobre el atasco de Algeciras: «No puedo tener respuesta para cualquier cosa en cualquier momento», replicó, obviamente irritado.
La afirmación del ministro aclara dos extremos de desigual interés. Primero, nos revela que el hoy titular de Obras Públicas y Transportes es consciente de que no está llamado a triunfar en los concursos televisivos de Constantino Romero. Examinada algo más a fondo, su réplica evidencia también que, para él, el que varias decenas de miles de personas se queden inmovilizadas en una carretera española durante varios días a 40º de temperatura, sin apenas alimentos, sin casi asistencia, es «cualquier cosa».
Son las respuestas que los políticos dan a bote pronto, como ésta -las que no pasan previamente por la censura del relaciones públicas que todos llevan dentro, las que muestran mejor la pasta humana de que están hechos. Ya ven ustedes la de don Josep, todo un humanista de fina sensibilidad, paladín del socialismo obrero español, paradigma del rostro humano de nuestra incomparable civilización occidental. Él está muy ocupado con los problemas que condicionan su permanencia o su salida del Gobierno, y éste no es uno. A él que no le hablen de unos cuantos magrebíes que ni siquiera votan.
Pero, al margen de sus discutibles cualidades humanas, que Josep Borrell acierta a adornar con una soberbia y un remilgo portentosos, ¿qué no decir además de un ministro de Obras Públicas y Transportes que reconoce abiertamente no tener ni pajolera idea de un impresionante desastre que se prolonga por cuatro días en una de las principales vías de comunicación del Estado? Si no sabe de eso, ¿de qué sabe entonces?
¿De toros?
No; él de lo que sabe, en realidad, es de dinero. Ayer se dio a conocer que el Ministerio de Obras Públicas ha demandado a los hijos de un matrimonio fallecido en accidente de coche. Las huestes de Josep Borrell les reclaman que paguen la valla que sus padres rompieron al matarse. Para que aprendan y no se maten más, probablemente.
Javier Ortiz. El Mundo (18 de julio de 1992). Subido a "Desde Jamaica" el 19 de julio de 2011.
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