Muchos interesados de las dos partes -la del PSOE, la del PP- se están empeñando desde el pasado jueves en subrayar cuán diferente ha sido el comportamiento del Gobierno y de la oposición de Gran Bretaña del que tuvieron el Gobierno y la oposición españoles tras el 11-M. «La oposición británica no se ha lanzado a hablar de imprevisión, ni a criticar la gestión gubernamental de la crisis», dicen los de Rajoy. «Blair no se ha dedicado a mentir como un bellaco para quitarse de encima el muerto», responden los de Zapatero.
No veo que haya grandes diferencias, más allá de las impuestas por las diferentes circunstancias de lugar y tiempo. Blair ha mentido todo lo que le ha hecho falta, igual que hizo Aznar, sólo que a Blair le ha hecho falta mentir menos, porque no estaba a pocas horas de unas elecciones parlamentarias. Se ha limitado a asegurar, con todo el morro, que la matanza del día de San Fermín no tiene nada que ver con la participación británica en la Guerra de Irak. Sabe que eso es tan mentira como lo de la posible implicación de ETA en los atentados del 11-M en Madrid, pero lo sostiene con el mismo descaro que exhibieron Aznar, Acebes, Zaplana y los otros para tratar de colar su mercancía averiada.
En lo que ha habido más diferencia es en el tratamiento informativo de los dos atentados. En el caso de España, el Gobierno concentró todo su esfuerzo en intoxicar a la opinión pública en relación con la autoría de la masacre y se desentendió de su reflejo físico. En Gran Bretaña, el filtrado de las imágenes ha sido total -o así me lo ha parecido a mí-, como lo fue tras el 11-S neoyorquino. De juzgar por lo visto en la televisión, cabría incluso dudar de que esas explosiones hayan producido víctimas.
Mentir, mienten todos. Con idéntica falta de escrúpulos.
Quienes han sido más sinceros, probablemente sin conciencia de serlo, son los gobernantes italianos. Tras la tragedia de Londres, toda la gente de Berlusconi ha dicho, con unas u otras palabras, lo mismo: «La siguiente nos toca a nosotros». Aciertan muy probablemente en el lugar: Italia. Se equivocan en la identificación de las probables víctimas: no serán ellos. Morirá pobre gente que estará desplazándose en tren, en metro o en autobús. Ellos se mueven rodeados por un cinturón de escoltas y en coches perfectamente blindados. Igual que Aznar. Igual que Blair.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (11 de julio de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 5 de julio de 2017.
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