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2003/09/06 07:00:00 GMT+2

Aznar no les engañó

Afirma el director del Centro Nacional de Inteligencia, antes Cesid, que su organización ni tuvo ni tiene datos que demuestren que el régimen de Sadam Husein poseyera armas de destrucción masiva, ni tampoco que mantuviera vínculos de colaboración con Al Qaeda.

Quiere decir esto que Aznar apoyó el inicio de la guerra sin contar con pruebas de primera mano que justificaran la decisión. Lo cual viene a demostrar que, cuando juró y perjuró que esas pruebas existían, lo que estaba haciendo era otorgar más crédito a los informes de Bush que a los de sus propios servicios de información. Estos, ya para entonces, le habían hecho saber que las presuntas pruebas aportadas por EE.UU. no demostraban nada y que las denuncias de colusión entre Sadam y Bin Laden carecían de fundamento.

A medida que han ido pasando los meses, se ha visto que los informes del CNI se ajustaban fielmente a los hechos y que los gobiernos de Washington y Londres alternaron sin escrúpulos las exageraciones y las mentiras. Está claro que Aznar actuó de modo censurable.

¿Por qué lo hizo? Hay dos posibilidades teóricas.

Hipótesis A: el jefe del Gobierno español pecó de ingenuo. Ni se le ocurrió la posibilidad de que Bush pudiera estar obrando sin la necesaria base, o que le movieran razones distintas de las que le estaba dando. Supuso que los servicios españoles de inteligencia no podían afinar más que la CIA, el FBI y todo el monario trasatlántico.

Esta hipótesis es más que improbable. De haber sido así, ahora que sabe que los informes que le pusieron sobre la mesa en las Azores eran una porquería, cuando no un burdo amaño, debería estar indignado con Bush, mentándole todos sus antepasados. Sin embargo, sigue dando la cara por él.

En consecuencia, sólo cabe la hipótesis B: no le dio mayor importancia al hecho de que los informes tremendistas contra Sadam fueran inconsistentes, porque él también, como Bush y como Blair, perseguía objetivos distintos de los que declaraba.

De todos modos, actuara movido por unas u otras razones, fuera imperdonablemente ingenuo o perfectamente cínico, lo obvio es que falseó la realidad y se apuntó a una guerra tan ilegal como inmoral.

En otros países, la evidencia de que sus gobernantes fabricaron el escenario que les permitió justificar la guerra está levantando una considerable polvareda. Blair ha visto comprometido su futuro y se ha tenido que emplear muy a fondo para defenderse.

Aquí no. El grueso de la opinión pública española es tan especial -digámoslo así- que, incluso teniendo pruebas de lo sucedido, incluso después de oír las declaraciones abrumadoras del jefe de los servicios secretos locales, no sólo permite que quien obró de ese modo se niegue incluso a dar explicaciones, sino que acepta sin pestañear que continúe enviando tropas al frente.

¿Qué se deduce de ello? Muchas cosas, pero una bastante antipática: que a muchísimos españoles Aznar les mintió, pero no les engañó.

Les parece bien. Lo quieren así.

Javier Ortiz. El Mundo (6 de septiembre de 2003). Subido a "Desde Jamaica" el 11 de abril de 2018.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2003/09/06 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: irak el_mundo usa aznarismo guerra sadam_husein blair aznar 2003 bush dezcallar cni | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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