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2001/12/21 06:00:00 GMT+1

Argentina se desangra

Multitudes exasperadas que asaltan los supermercados para conseguir comida. El fenómeno comenzó el viernes 14 en Rosario, se extendió a partir del 17 por todo el país exceptuada la Patagonia y acabó por llegar el 19 a la capital. Sólo entonces parece que se enteró De la Rúa, que adoptó una medida tan anticonstitucional como imbécil: decretar el estado de sitio.

Dicen: «Es que no tienen ni para comer». Pero eso no explica nada. La mayoría de los países de América Latina están llenos de desarrapados que no tienen ni para comer, y no asaltan los supermercados. Para entender lo ocurrido estos días en Argentina hay que contar con que buena parte de esa gente, ahora desesperada, no lo estaba o lo estaba mucho menos hace apenas unos años. Trabajaba, se ganaba la vida mal que bien, subsistía. Son cientos de miles, son millones de personas que se han visto empujadas lenta pero inexorablemente a la miseria a lo largo de un proceso de degradación exasperante, propiciado por una clase política tan corrupta como ineficaz.

«Se ha detectado la acción de elementos provocadores», alegan.

En algunos casos parece que sí. Eso cuentan, al menos, los periódicos de Buenos Aires. Pero todos están de acuerdo en un punto: esos pescadores de ocasión no habrían tenido éxito alguno si el río no bajara más que revuelto.

Por lo demás, buena parte de los asaltos fueron comprobadamente espontáneos. Y no eran sólo expresión del hambre: también un grito de pleno hartazgo ante una situación insostenible. De hecho, bastó con que De la Rúa decretara el estado de sitio para que la protesta tomara un carácter político, con caceroladas y manifestaciones masivas.

Todos los sedicentes expertos en números se dedican ahora a pontificar sobre los males estructurales de la economía argentina. Por supuesto que tiene problemas específicamente económicos. Pero el drama es, en lo esencial, político: una clase dirigente en todos sus estratos: en el Gobierno, en la oposición, en las cúpulas sindicales, en los grandes medios de comunicación, en la Iglesia corrompida hasta la médula, que ha saqueado el país y desmantelado el Estado. Los ciudadanos han perdido cualquier respeto por la ley, porque la ley se burla de ellos.

Argentina afronta una profundísima crisis nacional que sólo tiene dos salidas: o una catarsis general, que necesariamente habría de pasar por la renovación completa de su clase dirigente, u otra reedición de sus muchos y recurrentes experimentos totalitarios, que acallaría a tiros la ira popular, pero que dejaría todo no ya igual, sino aún peor. La otra posibilidad es dejar que el país siga desangrándose, hasta que se muera.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (21 de diciembre de 2001) y El Mundo (22 de diciembre de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 26 de diciembre de 2010.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2001/12/21 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: pobreza el_mundo diario de_la_rúa 2001 argentina | Permalink | Comentarios (1) | Referencias (0)

Comentarios

Al final hubo catarsis general. Renovación de la clase dirigente, no tanto. Sí en muchas de sus políticas.
Ahora en Europa estamos en el principio de una encrucijada parecida...

Escrito por: Samuel.2010/12/26 12:08:33.031000 GMT+1
www.javierortiz.net/voz/samuel

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