Charo propone que busquemos una farmacia de guardia.
Según el avión que nos traía de La Palma empezó a sobrevolar la Comunidad de Madrid, empecé a estornudar y a llorar copiosamente.
Por el ojo izquierdo. El derecho está tranquilo.
Desde entonces, soy una máquina de estornudos y de mocos. Sólo por el flanco izquierdo.
No es una alegoría. Es una alergia.
Lo que no sé es a qué me he vuelto alérgico.
Yo le digo a Charo que, por muy de guardia que esté, la farmacia que encontremos tendrá que ser de Madrid. De modo que lo más probable es que sea alérgico también a la farmacia.
La solución, para mí, sólo puede ser una: huir de Madrid. Trataré de que lo hagamos cuanto antes. Mejor a las 9 que a las 10.
Si cuando lleguemos a Aigües mi desastre sigue igual, se confirmará el peor de mis temores: quedará establecido que soy alérgico a mí mismo.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (3 de agosto de 2003). Subido a "Desde Jamaica" el 24 de diciembre de 2017.
Comentar