El diagnóstico se ha hecho de rogar pero, tal vez para compensar la tardanza, desde su feliz hallazgo nos lo han repetido hasta el aburrimiento (o hasta el aborresimiento, como le oí decir hace años a un simpático agricultor de la huerta valenciana.)
Primer elemento: tienen claro que somos estupendos, y no paran de decirlo. Según la ministra de Exteriores, tenemos un impulso ético tan desbordante que podemos compartirlo entre millones y aún nos sobra. Aznar, Rajoy, Arenas... Todos lo han dicho: las manifestaciones del pasado sábado demuestran que el pueblo de este país ama apasionadamente la paz y quiere lo mejor para el mundo.
Pero, ¡ay! (segundo elemento), nos dejamos manipular por gentes oportunistas y bellacos de diferente pelaje que nos hacen creer que el PP quiere la guerra y que Aznar se comporta con Bush de modo seguidista. Ésa es -Federico Trillo al aparato- una de las mentiras más tremendas de toda la Historia. Oímos a Aznar decir que es imposible que se produzcan disensiones entre su Gobierno y el de Washington, porque él va a apoyar a Bush en todo lo que haga y nosotros, en nuestra torpeza, nos tomamos eso como prueba de seguidismo. No entendemos nada.
En resumiendo: que somos buena gente, pero bobos.
Admiten que con todo esto pueden perder votos. Yo creo que sí. Es probable que no caiga muy bien que le digan al electorado que no se aclara.
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (18 de febrero de 2003). Subido a "Desde Jamaica" el 25 de febrero de 2017.
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