Mañana habrá un -otro- periódico menos en el mercado español de la Prensa. Desaparece Diario16. Había acumulado demasiadas deudas y sus expectativas de beneficio eran nulas, incluso a medio plazo. Por no lograr, la empresa editora -el grupo Voz, propietario de La Voz de Galicia- ni siquiera ha logrado encontrar un postor para su cabecera. Ha tenido menos suerte que ABC¸ que logró venderse in extremis al grupo Correo.
¿Qué está pasando con los periódicos de difusión estatal? Es una cuestión darwiniana. Acaban sobreviviendo sólo los que han conseguido adaptarse mejor al medio.
En dos sentidos principales.
En primer lugar, el político-social: se mantienen los que han logrado identificarse con corrientes políticas y de opinión muy amplias, lo que les confiere influencia en las esferas de Poder y capacidad de marcar el paso a los otros medios de comunicación de masas, principalmente la radio y la televisión.
En segundo lugar, el empresarial: consiguen salir adelante en la medida en que forman parte de tinglados multimedia muy fuertes, lo cual les permite hacerse con trozos importantes de la tarta publicitaria y rentabilizar mejor los medios materiales y humanos.
Hace años que Diario16 había quedado fuera de juego en ambos terrenos.
Así están las cosas, y así las cuento.
Lo cual no quiere decir que las apruebe, ni mucho menos. Al contrario: creo que la situación es realmente lamentable y que conduce por una tristísima vía de reducción del pluralismo y de cercenamiento de la libertad de expresión. El mítico objetivo de la Prensa -vigilar estrechamente al Poder- es, para estas alturas, una mera entelequia: los grandes periódicos son ya parte del Poder. El cuarto poder se ha fundido con los otros tres y forma con ellos una misma masa inextricable. Están integrados en tramas político-empresariales en las que la independencia real es imposible.
Lamento la muerte de Diario16 por todo. Porque la libertad de expresión contará desde mañana con un foro menos. Porque un centenar largo de trabajadores pasará a engrosar el amplísimo ejército de reserva del periodismo capitalino. Porque se lleva a la tumba, pêle-mêle, algunas de las páginas más gloriosas de la no muy gloriosa Historia del periodismo español.
Lamento la muerte de Diario16, pero reconozco que no me ha extrañado lo más mínimo. De hecho, hace ya tiempo que me preguntaba cómo se las arreglaba para prolongar su agonía.
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (7 de noviembre de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 28 de junio de 2017.
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