Escucho estos días muchas objeciones al movimiento antiglobalización. Responderé telegráficamente a cinco de ellas.
Objeción: «Ustedes critican mucho la globalización, pero su movimiento está también perfectamente globalizado».
Respuesta: Porque no nos oponemos a cualquier forma de globalización. Quisiéramos globalizar muchas cosas. Los Derechos Humanos, muy en particular.
De lo que estamos en contra es de la globalización económica descontrolada. De que el poder económico sea el único que no conozca fronteras. De que haya desbordado por entero las vías de la representación y de la supervisión democráticas. De que, en el momento presente, ningún organismo electo tenga capacidad para variar el rumbo de la economía mundial. ¡Globalicen la democracia! Ya verán cómo aplaudimos.
Objeción: «La globalización es esencial para sacar de la pobreza a los países del Tercer Mundo».
Respuesta: La experiencia demuestra que, aplicando las recetas de la globalización, el abismo planetario entre ricos y pobres se ahonda más y más. Ateniéndonos a los hechos y dejando de lado la retórica de los discursos, está claro que la globalización sólo sirve para hacer cada vez más poderosos a los poderosos. De la pobreza, lo único que les preocupa realmente es que no les importune. Y eso, qué quieren, a algunos nos repugna.
Objeción: «Ustedes no tienen alternativas reales. El movimiento contra la globalización no pasa de ser una suma incoherente de las oposiciones más variopintas».
Respuesta: Bueno, sí: imagino que también Atila suscitaría muy diferentes enfados y rencores.
Los asaltantes de La Bastilla tampoco tenían muy claro qué modelo social querían. Sabían muy bien, eso sí, lo que no querían. Tal vez nos pase algo parecido.
Objeción: «El movimiento contra la globalización está compuesto por elementos marginales».
Respuesta: Agrupen ustedes a cientos de miles de personas en manifestaciones a favor de la globalización, consigan que coreen durante varios días consignas en pro del FMI y el G-8, y entonces podremos discutir en serio sobre marginalidades. Dejénse de tonterías: saben que éste es el movimiento de masas más importante que se ha producido a escala mundial desde los años 70, y por eso lo temen tanto.
Objeción: «El movimiento contra la globalización está produciendo mucha violencia».
Respuesta: ¿Sí? Pero quienes disparan contra la sien de la gente desarmada son sus servidores.
Si Génova no hubiera estado ayer dominada por sus agentes provocadores disfrazados de manifestantes y por sus asesinos a sueldo, me juego lo que sea a que hoy no estaríamos de luto.
Javier Ortiz. Diario de un resentido social y El Mundo (21 de julio de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 28 de mayo de 2017.
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