Una exigencia clave que el PP vasco puso al PSE-PSOE para prestarle (que no regalarle) su apoyo fue que debían colaborar juntos para conseguir una Radio-Televisión Vascas (EITB) que pudiera ser considerada imparcial y objetiva. Patxi López se apresuró a darles la afirmativa. Pero, aparte de que sea tarea ímproba determinar qué narices puede ser una televisión objetiva, en este caso es aún más difícil.
EITB, con todos sus defectos, ha venido siendo una televisión relativamente plural. Ninguna tertulia política ha dejado fuera a representantes del PSE y del PP. En aquellas en las que no han estado presentes, ha sido por su propia voluntad. Programas de automofa, como “¡Vaya Semanita!” serían inconcebibles en la gran mayoría de las otras televisiones autonómicas, con la parcial excepción de TV3. Otra cosa es la imagen que se haya querido dar de EITB del Ebro para abajo.
En las elecciones en las que Mayor Oreja aspiró a lehendakari, uno de su entorno político más cercano llegó a comentar a un técnico: “Y ahora, cuando perdáis, ¿a qué te vas a dedicar?”, como si renovar una dirección implicara cambiar hasta a los ordenanzas.
Siempre podremos tomar a Telemadrid y a la Radio Televisión Valenciana como modelo de lo que se pretende: en la primera resulta que han desaparecido todas las grabaciones sobre actos en los que Esperanza Aguirre fue abroncada y en la segunda nos hemos quedado de piedra al ver que pasaban los días sin que los escándalos del PP ni siquiera fueran aludidos.
Tal vez se trate de eso.
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (5 de abril de 2009).