Sentencia Mariano Rajoy: “Zapatero habla de cosas que a nadie interesan”. Si a nadie interesan y a mí me interesan, está claro que soy un Don Nadie.
Pone el presidente del PP como primer y destacado ejemplo de esas “cosas que a nadie interesan” el voto de los inmigrantes en las elecciones municipales, debatido en el reciente Congreso del PSOE. Dice que él no ve que la gente vaya por la calle preocupada por el voto de los inmigrantes.
En primer lugar, él no sabe qué preocupaciones tiene la gente que va por la calle, a no ser que posea la capacidad paranormal de leer el pensamiento de los demás (lo que no parece, a juzgar por los chascos que viene llevándose últimamente).
En segundo lugar, por la calle va muchísima gente, bastante de ella inmigrante, que no es imposible que piense que, puesto que cumple con sus deberes municipales igual que cualquier otro vecino –incluido el pago de todas las tasas e impuestos correspondientes–, debería tener derecho a participar con el resto de sus conciudadanos en la elección de quienes regulan tales deberes.
En tercer lugar, el asunto es importante, preocupe más o menos a tantos o a cuantos, porque la incorporación a los censos electorales locales de la población inmigrante, que en algunas zonas es numerosa, podría producir variaciones significativas en el resultado de los comicios. Variaciones que, dada la prevención que la mayoría de los inmigrantes siente hacia las inclinaciones políticas del PP en las materias más importantes para su colectivo, no sería difícil que perjudicaran a ese partido.
Lo cual mueve a sospechar que quizá Mariano Rajoy no sea tan sincero cuando pretende que este asunto no interesa a nadie. Porque, dadas las consecuencias que podría tener si se verificara, resultaría bastante lógico que a él y a los integrantes de la red de poder municipal de su partido sí les interesara. Que les interesara, en concreto, que no se llevara a cabo bajo ningún concepto.
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (8 de julio de 2008).