Hay organizaciones no gubernamentales que se están volviendo cada vez más gubernamentales, o más estatales. No me refiero a todas (hay tantas que resulta imposible englobarlas en casi nada, y algunas me merecen el mayor respeto), pero sí a bastantes de ellas.
Para empezar, sus estructuras administrativas –sus burocracias particulares– se mantienen en buena medida gracias a lo que reciben de las arcas públicas. En segundo lugar, se ponen de acuerdo con los gobiernos de turno para fijar sus propias prioridades de acción, convirtiéndose en una especie de aparato subsidiario de los estados.
En algunos casos, su dependencia económica y política de las administraciones públicas es tal que parece un sarcasmo que se presenten como “no gubernamentales”. Aunque rara vez se entregan a un gobierno en exclusiva. Me sé de alguna que tiene el cazo puesto en las oficinas de todos los gobiernos: del central, de los autonómicos, de los municipales… Allí donde hay una institución, pública o privada, que concede subvenciones para lo que sea, allí están ellos haciendo cola.
Es comprensible el entusiasmo de los gobiernos occidentales por este género de organizaciones, que se dedican a suplir algunas de las más llamativas carencias asistenciales de los poderes públicos, buscándoles personal voluntario y pidiéndoles a cambio sólo lo necesario para la manutención de sus directivos y el funcionamiento básico de su maquinaria. Pero resulta lastimoso que haya tanta gente que acepte someterse a lo que de hecho funciona como una doble contribución. Porque paga al Estado, vía impuestos, para que éste cubra las funciones sociales que le son propias, y luego vuelve a pagar, con sus aportaciones económicas o en trabajo voluntario, para que el Estado pueda desentenderse de una parte de sus obligaciones.
Conozco a unos cuantos dirigentes de supuestas ONG que llevan ya varios decenios viviendo de su muy cacareado desinterés solidario. Alguno de ellos presenta una particularidad llamativa: según han ido modificándose las modas gubernamentales y mediáticas, ellos ha ido reconvirtiendo su ONG, cambiándole de nombre y de objetivos.
Pero manteniéndose ellos siempre como jefes, claro.
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (7 de enero de 2008). También publicó apunte ese día: Piensa en ti mismo.
Comentarios
Para esto de las subenciones podemos distinguir entre Entidades sin ánimo de lucro y entidades SINONIMO de lucro. Unas viven de las subvenciones y otras PARA las subvenciones.
Escrito por: ganorabako.2008/01/07 09:57:48.828000 GMT+1
Escrito por: Luis.2008/01/07 10:53:17.179000 GMT+1
Es una manera de controlar con un contrapeso, las opiniones disidentes de los "otros".
Las minorías cada vez lo tenemos peor pero al final tendremos que decir con claridad y fuerte, quien y qué es quien gobierna ciertas asociaciones, desde de vecinos a culturales, pasando por ecologistas u ONGs de algún tipo.
Escrito por: ajovin.2008/01/07 10:53:35.435000 GMT+1
http://sepuedevivirmejor.blogspot.com/
Escrito por: MAX.2008/01/07 13:51:54.543000 GMT+1
Pero esto no es más que el dichoso "outsourcing", es decir, que para lo que el Estado no puede atender, se contrata a una empresa que lo haga. Y mientras tanto, los funcionarios que se supone que están ahí para hacer ese trabajo, muertitos de asco. Y lo digo con conocimiento de causa.
Escrito por: Ángela.2008/01/07 14:19:36.602000 GMT+1
Esto de las Oenegés siempre me ha resultado antipático y dudoso.
Puede que unas lleven la fama y otras cardan la lana, pero no me gusta el "espíruitu solidario" del que se adornan y con el que adornan sus continuas cuestaciones y solicitudes de ayuda en forma de dinero.
Yo ya busco y encuentro salidas por otras vías a mis "necesidades" solidarias o a mi espíritu solidario.
Me parece, hoy por hoy, que si hay alguna Oenegé digna de ayuda, tendrá que demostrármelo, y muy convincentemente bien, porque en principio, me pasa como con la policía: no me creo sus versiones si no vienen acompañadas de pruebas que lo demuestren. He captado demasiadas mentiras como para creérmelas. No me fío.
Es lo que hay. Lo siento.
Saludos y buen 2008 a todas/os
Escrito por: wamba.2008/01/07 15:28:49.894000 GMT+1
Escrito por: Fidel.2008/01/07 17:50:9.078000 GMT+1
A ver, Javier, con el caso de Lupiañez no te mojaste ni un pelo de la barba. Ahora tienes el caso de otro detenido vasco al que el contacto con la guardia civil le ha acarreado, vaya usted a saber por qué, una perforación del pulmón y descalabramiento general. Confío en ver una reflexión contundante sobre este asunto en las páginas de Público, pues no en vano has padecido la tortura en tus propias carnes. En tu calidad de ex torturado te solicito humilde y encarecidamente una denuncia contundente de estos hechos para que nadie pueda alegar que no lo sabía. Une fois encore, voilá La Question.
Escrito por: Alfredo.2008/01/07 17:58:23.485000 GMT+1
Salud!
Escrito por: Juan Cosaco.2008/01/07 23:31:55.044000 GMT+1
http://juancosaco.blogspot.com
Escrito por: macarena.2008/01/08 09:56:34.517000 GMT+1
Sorprendente el artículo, muy redondo en su diseño, sonoro, con guiños bien elaborados...
¿Para que decir nombres? la verdad es que no es necesario cuando ya uno tiene la verdad en su poder, así generalizando es más fácil que no se encuentren contradicciones en el discurso propio, me imagino que lo que se comenta está basado en la seguridad de que es así, porque en definitiva de lo que se está acusando a los "oenegistas" es de robar dinero público.
¿no será que la sociedad ha cambiado y no nos hemos dado ni cuenta?, de todas formas imagino que es más cómodo decir que los demás son los equivocados, y que solo uno representa la pureza espiritual e ideológica, que cara más dura.
Un saludo desde un empobrecido con el trabajo en las ongs
Escrito por: agapito.2008/01/11 12:29:15.741000 GMT+1