El hábito sí hace al monje. Claro que para ello es imprescindible que estemos habituados desde la infancia a identificar sus vestimentas –estrafalarias, vistas desde otras latitudes– en tanto que señas reconocibles (y normales) de identidad.
Por las mismas, los hábitos de ceremonia de los papas, cardenales y obispos tienen un origen histórico indiscutible, pero mirados hoy con visión del siglo XXI, sobre todo por quienes hace decenios que no frecuentamos los ceremoniales católicos o no los hemos frecuentado jamás, nos producen una viva sensación de extrañamiento. No digamos sus idas y venidas en los altares, sus frases cabalísticas, sus confirmaciones con cachetes (¿no los reprueba la ley?)…
Ítem más: que haya fervientes católicos que critiquen que otras religiones discriminen a las mujeres, cuando su propia confesión establece un tope de promoción femenina más que limitado, es cualquier cosa menos razonable.
No me propongo desprestigiar las prácticas católicas. Estoy tratando tan sólo de criticar a los fariseos que montan el pollo por el pañuelo islámico en la cabeza ajena sin ver el palio sobre la propia. Y no digamos a aquellos que, para más inri, pretenden que la religión católica sea una asignatura más en la Enseñanza de niños y púberes. Esos no tratan de poner un velo en la cabeza, sino delante de los ojos.
Si hay mujeres u hombres que desean colocarse un pañuelo o una kipá en la cabeza, porque así se sienten más identificados con sus comunidades culturales, lo que habrá que hacer con ellos es lo mismo que con el resto: educarlos pacientemente en la igualdad. Será así, y no con prohibiciones, como irán atenuándose sus deseos de segregarse.
Las tradiciones, precisamente porque lo son, vienen de tiempos todavía más irracionalistas (¡todavía!) que los actuales.
Y no sólo las tradiciones religiosas. ¿Qué sentido tiene la corbata masculina occidental? ¿Y que muchas mujeres se pinten la cara y la mayoría de los hombres no? ¿O que se depilen? ¿O que la casi totalidad de los europeos hayamos descartado una prenda tan cómoda como la falda?
Es el roce suave pero constante entre las moles culturales el que acaba por limar las aristas.
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (20 de febrero de 2008).
Comentarios
Aunque los estados o reinos insisten en cambiarlas a toda cosa y radicalmente "por imperativo legal": De esa manera privan a los humanos del elemento más desanimalizador, dentro de lo que cabe. Porque "costumbre", por adquirida, diverge y mucho de "instinto"...
Escrito por: Antonio Gil.2008/02/20 09:22:21.120000 GMT+1
"..., vienen de tiempos todavía más irracionalistas (¡todavía!) que los actuales. "
Pues yo no estoy tan seguro porque, ¿hay algo más irracional que la mentira?
En tiempos pasados al menos iban de frente: "las cosas son así porque tengo la garrota mas gorda" o declarándose directamente simios: "muera la inteligencia"
Ahora no, ahora en nombre de la libertad, de la democracia y del estado de derecho, nos violan a calzón quitado y nos dicen hasta cómo hemos de vestir.
Escrito por: Iñiguez.2008/02/20 10:19:11.682000 GMT+1
Aclaro:
Cuando me pregunté: "¿hay algo más irracional que la mentira?", quise decir más concretamente: "¿hay algo más irracional que la contradicción?"
Escrito por: Iñiguez.2008/02/20 10:36:50.719000 GMT+1
Son las 11:16 horas y este comentario todavía no está en la versión digital de Público. ¿A qué se deberá? Yo, que soy malpensado, no creo que es un problema técnico.
Escrito por: pepefuertes.2008/02/20 11:20:23.121000 GMT+1
Aún estando de acuerdo con lo que escribe Javier en parte, sólo en parte, es una pena demostrar tanta fobia a algo como la demuestra con ocasión o sin ella, justificada, también en parte. Es una militancia más cuasireligiosa.
Podíamos hablar de las vestimentas de los jueces, de las que se ven en determinados actos universitarios, de los maceros con pelucas en otras instancias, etc., etc., pero casi siempre desde determinadas militancias le toca a la cosa religiosa. Cada loco con su tema. Hay traumas que es difícil superar, sobre todo si se abunda en ellos a la menor ocasión
En cuanto al velo en la cabeza, ahí están también algunas monjas, otros llevan txapela, o sombrero, etc. Con tal de que sean identificables y lo lleven voluntariamente, sin coacciones de ningún tipo, si es por propio convencimiento, no sé por qué habría que prohibirlas. Regularlas, bueno. Educar, lo mejor.
No hará falta decir que es mi opinión, y sin acritud, pues aprecio a Javier y le agradezco las ideas que nos proporciona. También en la radio.
Escrito por: Gorka.2008/02/20 12:01:36.130000 GMT+1
ldnokx
Escrito por: Maurho.2008/02/20 12:25:47.449000 GMT+1
Navegando por la versión digital de Público me he encontrado con esto: http://blogs.publico.es/dentrodellaberinto/?p=109
Supongo que la tecnología ha sido la culpable, pero es interesante ver como le dicen a Espido Freire que ha estado brillante con el artículo. Estaría bien solucionarlo y que no vuelva a pasar.
Escrito por: Marcial.2008/02/20 15:27:0.768000 GMT+1
"Es el roce suave pero constante entre las moles culturales el que acaba por limar las aristas."
Supongo que esto dependen, ya sea en todo o en bastante, de la naturaleza del roce. ¿O no?
Escrito por: Garcia.2008/02/20 17:05:23.942000 GMT+1
hola como estan todos saludos esta pagina esta super definida le hablan maria y alejandra ......
Escrito por: .2008/03/21 15:52:0.513000 GMT+1