El término “nación” no sólo ha recibido desde antaño usos muy diversos, sino que cada día que pasa cobra sentidos más imprecisos y subjetivos. Eso les repatea a quienes identifican “nación” con “Estado” o no ven a la idea de “nación” más dimensión posible que la jurídico-política. Para ellos, hablar de “la nación árabe” –expresión muy común entre los concernidos– es un sinsentido. Les excede tanto lo muy grande como lo muy pequeño: tampoco entienden que haya amerindios que hablen de “la nación sioux”, por ejemplo. En los Estados Unidos, muchos afroamericanos se definen como “nación”. Y lo mismo no pocos latinos.
Los poderes occidentales han fraguado su imagen, tanto ante los demás como ante sí mismos, amparándose en las identidades que les proporcionaban los estados-nación. Pero ese recurso ha entrado en crisis. Primero, por los efectos de la globalización uniformizadora, que hace que en el Primer Mundo cada vez todo se parezca más a todo. Y segundo, por las nuevas contradicciones y hostilidades que generan nuestras sociedades supuestamente avanzadas, que incitan a la aparición de colectividades de autodefensa más próximas y tangibles. A muchos, los problemas de identidad no se los resuelve ninguna documentación: más decisivo, a la hora del vivir de cada día, puede ser el color de su piel, su acento, sus creencias, el barrio en el que viven, su grado de marginalización o de integración en la sociedad del bienestar… e incluso su edad (por defecto o por exceso).
No hablo ahora de las reivindicaciones vascas o catalanas, ni de la peculiar “idea de España” que alientan nuestros más rancios españolistas, sino de un fenómeno más extenso y multiforme. Lo que está corroyendo el fundamento ideológico de los viejos nacionalismos estatales es el hecho de que, salvo para el fútbol y otras representaciones tribales esporádicas, las viejas grandes identidades nacionales tienen una función social cada vez menos operativa.
Da lo mismo lo mucho que se igualen las apariencias trasnacionales. Cada vez es más la gente que se siente de la nación que forman quienes comparten sus mismas angustias. Su misma deslocalización.
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (7 de marzo de 2008).
Comentarios
7. Sr. Rajoy, hasta las elecciones del 2004 vote al PP. En estas, ya he votado al PSOE, puesto que viviendo en el extranjero, he ejercido mi voto por correo. Mi razon por no votarle es muy simple: estoy simplemente cansada de su oposicion destructiva y de su tono agresivo. Cuatro anyos mas tarde parece que todavia no asumido que los espanyoles decidieran no votarle y desaprovecho la oportunidad de hacer una oposicion constructiva para el bien de todos los espanyoles. Sinceramente, hubiera esperado que sus asesores le hubieran aconsejado bajar su tono. Si algun dia hace una oposicion constructiva, quiza tendra de nuevo mi voto. [Perdone por la falta de acentos y enyes pero mi teclado es ingles]. Maria, Londres.
Respuesta: No comparto su opinión. Yo he tenido que defender la nación de ciudadanos libres e iguales que es España frente a un presidente de Gobierno que es incapaz de tener una idea de su país. Fíjese usted si estamos tan bien que tenemos anunciado la convocatoria de un reférendum en un territorio español para salirse de España. Usted vive en Inglaterra, fígurese que eso lo anunciaran en Gales. Y quien ha querido aislar al PP ha sido Zapatero con sus pactos con los radicales.
Como ven empieza desconociendo diferencias entre estado (Reino Unido) y naciones (Inglaterra, Gales, Escocia, etc). Pero es que desconoce también este dato: el SNP que gobierna Escocia ha prometido un referéndum sobre la independencia de Escocia para el 2010Escrito por: Napartheid.2008/03/07 08:17:10.774000 GMT+1
Escrito por: Samuel.2008/03/07 08:30:3.755000 GMT+1
www.javierortiz.net/voz/samuel
Querido Javier en épocas de incertidumbre el homínido regresa con urgencia a la caverna.
La selva se convierte en un gran enemigo y hay que defender el territorio. Siempre he dicho que las naciones, mientras más pequeñas mejor. Este sistema inmoral, egoísta, reptiliano al que nos conducen de manera brutal, acabará en una nueva Edad Media.
Escrito por: Abate Marchena.2008/03/07 09:45:35.054000 GMT+1
Muy buen análisis, escrito con el mejor estilo de Javier Ortiz. Quizá añadiría yo que habría que contemplar aquellos nacionalismos que dicen que tú eres X pero que no lo sabes, porque te han enseñado a ti que eres siempre Y, y por lo tanto no estás concienciado.
¿Ejemplos de eso? A puñados. Pero sólo pondré uno ahora: cuando dicen que las tierras valencianas son catalanas y sacan el mapa de los Países Catalanes (que abarca, para los que no conozcan el tema, Cataluña, lo que Javier Ortiz y otros llaman el País Valenciano, las Islas Baleares, la franja oriental de Aragón, el departamento del Rosellón francés, y una pequeña comarca murciana). Todos, dicen los enteradillos, son catalanes, pero si resulta que el 98 % dicen que no lo son, es que no están “concienciados“. HQJ (Hay que joderse).
Insisto, en todo caso: enhroabuena por el artículo.
Escrito por: esteve.2008/03/07 09:47:20.589000 GMT+1
<<Lo que está corroyendo el fundamento ideológico de los viejos nacionalismos estatales es el hecho de que, salvo para el fútbol y otras representaciones tribales esporádicas, las viejas grandes identidades nacionales tienen una función social cada vez menos operativa.>>
En todo caso, si les es aplicable la cualidad de tribales, más lo sería a los nacionalismos más locales, a los que la nota no se refiere.
El surgimiento de los estados-nación precisamente es un movimiento histórico que trata de superar las especificidades "tribales" y dar un carácter igualitario y universal a los derechos de los ciudadanos.
Una de las causas que explican la entrada en crisis de los Estados-nación es que son poco tribales: poco uniformes, poco simples, poco antiquísimos, poco perfectos.
Escrito por: Maurho.2008/03/07 10:28:42.783000 GMT+1
Nation es a nación lo que sense a sentido. O sea, nada. Mal recurso la traducción de palabras similares en su escritura y distintas en su siginificado como argumento de una idea.
O sea que el problema son las naciones estatales, y las otras no son problema, sino la solución, claro (falta añadir). Al fina, un cambio de bandera por otro, una moneda por otro, unas sumisiones por otras, en definitiva. Pues para Ud., sr. Ortiz, para Ud. Y no olvide que los territorios pequeños son más fácil presa del caciquismo, como llevan demostrándonos en España durantes 25 años.
Algo dijo Madison, el federalista americano, acerca del tema: de las naciones grandes y pequeñas.
Pero el sino nuestro, es el del caciquismo.En el siglo XIX de una manera y ahora en el XXI, de otra.
Sumisón y caciquismo, eso es lo que nos caracteriza.
Por cierto, que viajando por esos mundos de afuera, uno ve que la globalización puede uniformizar algunas cosas, pero también abre puertas a la diferencia. Pero hay que viajar con los ojos abiertos, salir del pueblo.
Escrito por: cáspita.2008/03/07 10:37:59.437000 GMT+1
Escrito por: .2008/03/07 11:59:11.641000 GMT+1
avdsan
Escrito por: Nkeer.2008/03/07 15:47:11.998000 GMT+1
Escrito por: .2008/03/07 16:39:21.102000 GMT+1
rdxacv
Por lo demás, sentirse de la nación elegida es algo que me produce urticaria, por decirlo de manera suave.
Escrito por: cáspita.2008/03/07 17:05:37.261000 GMT+1
De ahí precisamente su cara izquierdosa. No se arrastraría a mucha gente por la vía separatista con la simple promesa de cambiar de amo. El nacionalismo se viste de izquierda porque está en conflicto, incluso en guerra. Cuando se hace sonar los tambores para la batalla hay que proclamar la hermandad universal en las propias filas. Puede ser incluso sincero, pues la tensión del conflicto genera una fuerte solidaridad interna en cada bando. No es casual que las grandes oleadas igualitarias hayan seguido siempre a las grandes guerras (los derechos políticos a la Primera, los sociales a la Segunda). La vanguardia nacionalista puede, además, vivir su propia cruzada como una auténtica revolución de izquierdas, pues ellos no sólo van a tomar el palacio de invierno, sino que se lo van a repartir con su magnífica colección de cargos, despachos, sueldos, dietas y otras gabelas: un inmenso botín, como ya apuntó E. Gellner (Naciones y nacionalismo), aunque sólo por una vez y para los más avispados. En contraste, donde no hay veleidades secesionistas el localismo es más bien conservador (U. Alavesa, U. Valenciana, P. Aragonés Regionalista, P. Andalucista, Coalición Canaria…) o es asumido por los partidos nacionales (PP en Galicia, PSOE en Andalucía), y el nacionalismo de izquierda no pasa de ser una nota folklórica: Chunta, Andecha, BNV-EV, MPAIAC o ICAN…(...)
De Mariano Fdez. Enguita: ¿Es congruente ser nacionalista de izquierdas? (http://enguita.blogspot.com/2004/03/es-congruente-ser-nacionalista-de.html)
Escrito por: Maurho.2008/03/07 17:16:50.164000 GMT+1
Escrito por: Ego.2008/03/07 17:36:45.129000 GMT+1
Escrito por: Antonio Gil.2008/03/07 21:53:7.636000 GMT+1
Escrito por: Izaam.2008/03/08 14:25:21.660000 GMT+1