Los resultados del último Euskobarómetro, nombre que recibe el sondeo de opinión que elabora periódicamente el Departamento de Ciencia Política de la Universidad del País Vasco, han llevado a muchos comentaristas a pronosticar la aparición de una nueva mayoría social en Euskadi. Según el Euskobarómetro, el porcentaje de la sociedad vasca que se muestra en la actualidad favorable a las opciones nacionalistas, unido al de la izquierda aliada de los nacionalistas (Ezker Batua), es igual o incluso algo superior al de 2005, año en el que se celebraron las anteriores elecciones vascas. La encuesta no anuncia ningún cambio de mayoría social (social, insisto).
Asunto diferente es lo que dice que podría suceder en el plano electoral (electoral, subrayo) si los comicios se celebraran hoy.
En esa diferencia influyen dos factores muy importantes.
El primero se deriva del peculiar sistema electoral vasco. Cada una de las tres provincias de la comunidad autónoma elige el mismo número de diputados, pese a su muy desigual peso demográfico. En las últimas elecciones autonómicas, 660.000 votantes vizcaínos eligieron 25 diputados; los mismos que 392.000 guipuzcoanos... y que 171.000 alaveses. Como se sabe, Álava es el territorio vasco en el que la suma de los votos del PSOE y del PP alcanza, con notable diferencia, un porcentaje más alto. Están muy sobrevalorados, en comparación.
Segundo factor que reduce la representatividad social de los augurios electorales: es fácil que la izquierda abertzale (el 12,4% de los votos en 2005) no esté presente en las próximas urnas. ¿Qué harán sus electores? A saber.
Dice el Euskobarómetro que podría producirse un “empate técnico” entre soberanistas vascos y españolistas. Podría, pero, para que ese empate tuviera consecuencias políticas, PSOE y PP tendrían que ir de la mano. Complicado.
En fin, que son muchas las variables. Más aún si se considera que las elecciones no están a la vuelta de la esquina.
¿Una nueva mayoría social? Me temo que algunos han opinado sin haberse leído el detalle de la encuesta. O quizá es que han tomado sus deseos por realidades. O ambas cosas a la vez.
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (12 de julio de 2008).