La situación es bastante fluida, que es como los políticos se refieren a las cosas que no tienen ni idea de cómo van a acabar. Parece que al presidente de la Cope, Alfonso Coronel de Palma, le gustaría desprenderse de la pareja Federico Jiménez Losantos y el más prolífico de nuestros polígrafos, César Vidal. Ambos están especializados en dar voces insultantes día tras día. El plan de Coronel de Palma, que cabría calificar de diabólico si no estuviéramos hablando de tan pío personaje, consistiría en ponerlos juntos y en la franja nocturna de la programación de la emisora, a sabiendas de que, entre fútbol y películas, poca parte de la audiencia les haría caso a esas horas.
Losantos que, como todo hábil demagogo, necesita tener un público numeroso, se quedaría en una situación muy desairada. Una oferta como la del presidente de la Cope le dejaría fuera de juego. Pero la cuestión es que todavía no se sabe si ese replanteamiento nace de la propia Cope o si cuenta con el respaldo del presidente de la Conferencia Episcopal española, Rouco Varela y de algunos de sus más afines, que no ocultan sus simpatías por el agitador Losantos. De mantenerse en sus trece podrían forzar el mantenimiento del statu quo.
Para acabar de liarla, Esperanza Aguirre ha concedido un buen puñado de emisoras a empresas ligadas tanto a FJL como al director de El Mundo, lo que podría tentarles a formar su propia cadena de radio.
El buen Dios, los desastres del neoliberalismo y el recuerdo del trío de las Azores nos preserven de todo mal.
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (12 de abril de 2009).