El dedo en la llaga

Al leer "Yo no creo que Zapatero sea ingenuo –y bien que lo lamento–...", me he preguntado (y me sigo preguntando) sin saber responderme si lo que lamentas es no creer que el tal Rodríguez sea ingenuo o que ese sujeto no sea efectivamente ingenuo.

No es nada habitual que nos dejes sembrados a tus lectores con estas tan poco metódicas dudas,

Ahora que alude, en su artículo, los 13 años de mandato González, aprovecho para hacerle una consulta que me planteo desde hace algún tiempo.

En su web aparece una sinopsis, imagen de portada incluida, de su libro "Jamaica o muerte". La verdad es que me interesa mucho el tema, pero después de preguntar por él a Akal, me dijeron que estaba descatalogado. ¿Podría decirme si existe alguna otra posibilidad de conseguir ejemplares, ya que la editorial no lo ha reeditado?

Saludos y gracias por su atención (y, como siempre, por sus artículos).

Manuel.

Tenemos que agradecerle a Javier Ortiz su esfuerzo por expresarse con rigo intelectual. Pienso, no obstante, que debe y debemos tratar de interpretar con cierta flexibilidad las metáforas. Yo siempre he hecho esta interpretación de la frase que él comenta: El infierno es una situación de intenso sufrimiento personal o social, ya sea en esta vida o en la otra. La gente manifiesta buenas intenciones de boca para fuera; en la práctica sus acciones se contradicen con sus palabras. Javier Ortiz supone que el dicho que comenta trata de desprestigiar las buenas intenciones. Siempre he pensado que no, que trata de alentarnos para que de las buenas intenciones pasemos a las buenas acciones.

Coincido con Josefus; personalmente nunca he contemplado dicho refrán de la manera que lo hace Javier Ortiz. No dudo en que haya gente que se valga de éste para menospreciar la bondad de intenciones delos demás, pero yo siempre he entendido que el refrán nos alertaba más bien de la posibilidad de meter la pata, aun obrando con la mejor de las intenciones, instándonos a pensar dos veces antes de obrar.

No por desprecio de las buenas intenciones, sino por aprecio a quien teóricamente queremos beneficiar con ellas, pues si no estamos atentos bien podríamos lograr el efecto contrario al deseado.

No se en otros idiomas, pero en las traducciones castellanas de textos de Marx y Lenin aparecían usos del refrán "de buenas intenciones está empedrado el camino hacia el infierno" con el sentido de: independientemente de que un sujeto haga algo con buena intenciones, lo relevante son las consecuencias objetivas. Se ha usado mucho en las organizaciones de inspiración marxista para desacreditar a los políticos rivales, pero no a los archienemigos, a los que no se les puede conceder la presunción de buenas intenciones.

Para Manuel:

Intenté encontrar el libro "Jamaica o muerte" un par de veces, pero no me daban señales de vida. Hasta que hace unos meses, buscando en un librero de madrid de segunda mano, me llevé un ejemplar a casa en bastante buen estado (quitando algun apunte a lápiz) por 2 euros. Paradojas de la vida... Creo que es la única manera que lo vas a encontrar.

Un saludo
Carlos

A propósito del infierno, este Papa que padecemos ahora está completamente empecinado en volver a la Iglesia de Pío XII. De Juan Pablo II no tiene el carisma ni mucho menos la crítica. De Juan XXIII no deja nada. Ahora se le ocurrió que tenemos que hablar más del infierno. Javier le ha hecho cierto caso oblicuo. Pero Ratzinger quiere que los curas vuelvan a ser aquellos exorcistas que metían tanto miedo que al final la gente dejó, con gran alivio, de temerles por nada que no sea sus alianzas con ejércitos fascistas.

Ratzinger opina que el infierno sí existe, que su camino esta empedrado de buenas intenciones y que no está vacío, allí están los nazis y los comunistas que destruyeron el mundo por maldad o con la intención de crear otro mejor sin temor a Dios y dice que en la Iglesia se habla demasiado poco del infierno.

Es verdad que últimamente el infierno se ha vuelto tan etéreo, tan ubicuo, que ya no funciona como elemento de coacción. Jorge Luis Borges, en el prólogo a las fábulas de Robert Louis Stevenson, escribió que " Stevenson no fue un hombre religioso. Fue algo mejor, fue un hombre ético. Un personaje de Bernard Shaw declara que ha dejado atrás el soborno del Cielo; Stevenson hubiera podido agregar que ha dejado atrás la amenaza del infierno"

El Papa tiene que comprender que ya nada volverá a ser como en la Alemania de su adolescencia. Ni le toca el último círculo del infierno del Dante por converso, ni el infierno volverá a tener un lugar descriptible, ni podrán acosarnos por encíclica todos los infiernos de que hemos recibido amenaza. Las alusiones bíblicas al horno donde rechinarán nuestros dientes ya no pueden repercutir en los púlpitos que, a imagen de Ratzinger, las atribuyan ahora al nazismo que apoyaron y al comunismo que combatieron, porque se está midiendo en el cada día cotidiano con grados de calentamiento global. Por mucho que se hable sobre el infierno en las iglesias (y de la justicia de las cruzadas contra los moros, el otro tema que introdujo Ratzinger desde su papado), la gente sabe que lo que está destruyendo al mundo, lo que tiene de más candente es la actualidad.

Hay un cuento que según Arregui es el mejor cuento de Onetti y ya de paso el mejor cuento uruguayo, donde el infierno es la obra del transcurso del tiempo, la pérdida de la inocencia, el desengaño y en definitiva, como definió Sartre en Puertas Adentro, el infierno son los otros. El cuento se llama El infierno tan temido y es glosa de un poema anónimo del siglo XVI que yo rezo cada vez que me hallo frente a un auténtico Cristo (no todos lo son), incluso a veces ante una simple cruz de palos que lo significa (allí donde otros se persignan, yo rezo):

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por ello de ofenderte...

En cuanto a la ingenuidad de Zapatero no creo que sea tanta como para creer en el cielo de la pragmática del capitalismo real tan a pie juntillas como cree Felipe. Dudo que Zapatero no tenga al respecto sus dudas. Lo que creo es que éstas no lo llevarán al infierno porque no cuentan mayormente en el PSOE ni en su gobierno, salvo para captar hilachas de confianza. Es que ya confiamos menos en los hábiles y cuerdos que en los torpes y locos, especialmente para logra cualquier éxito colectivo. A Zapatero lo que más le falta es locura, imprudencia.

• Tratándose de quienes buscan aprovecharse de los demás, los prefiero torpes. Cuanto más, mejor.

Sobre gustos no hay disputas, y sobre preferencias tampoco. En mi opinión personal, que sean hábiles o torpes es realmente lo de menos, lo importante para mí es que lo logren o no. Y Zapatero lo logra, por un conjunto de circunstancias que le han sido favorables.

La cosa debe cambiar pero, como he dicho ya, no va a hacerlo sin un esfuerzo individual y colectivo consciente, persistente y serio. Hoy por hoy no se ven trazas, pero no hay que desistir. Tampoco bajar la guardia.

Saludos afectuosos,

 

jojojojo

Me ha gustado mucho, sinceramente pienso que es usted un gran articulista, le pido como favor que me deje uno o dos comentarios en algunos de mis artículos en mi blog, se lo agradecería mucho, su opinión es para mi muy valiosa.

Saludos !!!