Vuelvo a oír el viejo lugar común de una cierta izquierda española: “La derecha –dicen– carece de sentido del humor”.
Es una afirmación boba. La experiencia nos muestra que no pocos de nuestros mejores humoristas y escritores burlones, desde Quevedo para acá, han sido defensores a ultranza de opciones políticas muy reaccionarias. Tenemos el muy reciente caso de Luis Sánchez Polack, Tip, que era todo lo de derechas que se puede ser, pero que ejerció con auténtica genialidad el humor del absurdo. ¿Escritores? Ahí están Jardiel Poncela, Muñoz Seca, Mihura y Neville, derechistas redomados que fueron maestros de la farsa, el sarcasmo y la ironía. Y es que, como decía Pío Baroja –otro que tal bailaba–, “lo marqués no quita lo valiente”.
A la derecha se le da bien producir humoristas. Sus vástagos suelen gozar desde niños de una buena posición económica, lo que les ahorra muchos problemas. Es comprensible: las penurias materiales quitan bastante las ganas de reír. La molicie, la buena cama y el estómago lleno, en cambio, las animan.
Ha vuelto a surgir esta historia tonta de la derecha y su supuesta falta de sentido del humor a propósito del leit motiv de la Z, que el PSOE va a usar de cara a las próximas elecciones generales. «¡No se dan cuenta de que pretendemos realizar una campaña relajada y sonriente, sin crispaciones!», dicen.
Yo, que ni soy de derechas ni carezco de sentido del humor, prefiero que los políticos reserven las gracietas para los asuntos que son de reír, o con los que cabe bromear.
Cuando lo que está en juego es muy serio, odio las frivolidades.
La derecha española prepara –ha empezado ya– una campaña electoral que no tiene nada de relajada, y menos aún de sonriente. Con chanzas light y sonrisas a gogó no se le va a poner coto. Menos aún si toda la capacidad ofensiva que se le opone se nutre en exclusiva de las habilidades y encantos, reales o supuestos, de un solo individuo.
Una izquierda plural y coherente –si tal cosa fuera posible, que lo dudo– rechazaría el culto a la personalidad y concentraría su esfuerzo en favorecer la promoción de miles de dirigentes sociales. No con la Z: de la A a la Z.
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (23 de octubre de 2007). Javier lo publicó como apunte (¿De qué diablos se ríen?). Lo mantenemos allí porque tiene coda y unos cuantos comentarios. Subido a "Desde Jamaica" el 3 de julio de 2018.