¿Es noticia de interés general que va a salir un nuevo diario con venta en el conjunto del territorio estatal? No creo que haya demasiadas dudas de que lo es. ¿Es propio de un buen profesional de la información ocultar una noticia cuando refleja algo que no le gusta? Tampoco creo que quepa mucha discusión al respecto. Sin embargo, es eso lo que han hecho hoy casi todos los periódicos españoles, según he podido ver esta mañana en sus ediciones digitales. No recogen el anuncio de la próxima aparición en los quioscos del nuevo diario Público, difundido ayer por sus promotores en conferencia de prensa.
Por lo que he podido ver, el único periódico importante que refleja la noticia es El Mundo, que incluye una crónica amplia de la mentada conferencia de prensa, firmada por Mariví Casanueva, y una columna de Raúl del Pozo («¡Salud, Público!») que es hasta cariñosa (*). Habrá quien piense que El Mundo obra así porque cree que Público, que se define como «de izquierdas», puede robar ventas a El País, cosa que le beneficiaría de rebote. No digo que no haya de por medio ningún cálculo de ese estilo –doy por hecho que lo habrá–, pero recuerdo que, cuando apareció el luego desaparecido El Sol, yo escribí un pequeño editorial en El Mundo dando la bienvenida al nuevo colega y deseándole buena suerte, en nombre del necesario pluralismo. Pedro J. Ramírez lo leyó, frunció el ceño y me dijo: «Bien, vale… Sí, resulta elegante... Pero no insistamos, ¿eh?» No lo vetó, pese a que la aparición de El Sol no beneficiaba en nada los intereses empresariales de El Mundo.
Ya sé que eran otros tiempos, pero con todo y con eso.
En las últimas fechas he recibido una copiosa correspondencia electrónica de lectores que me piden datos sobre el nuevo periódico, una vez enterados de que voy a escribir en él. A veces me solicitan información en general; otras, sobre detalles (quién va a ser el corresponsal en su localidad, a quién pueden enviarle un currículo para ofrecer sus servicios, etc.). Contesto desde aquí a todos, y contesto diciendo la pura verdad: no sé casi nada. He ido sólo un par de veces por la Redacción para tratar de asuntos referentes a la columna que publicaré en sus páginas y no he querido entretenerles más de lo imprescindible, ahora que trabajan frenéticamente para salir a la calle el próximo 26. Se añade a eso que, por impropio que parezca en un periodista, no soy nada cotilla y odio meterme en donde no me llaman. He visto que el director del nuevo periódico, Nacho Escolar, ha abierto en su blog un foro de preguntas a las que promete responder. Invito a mis preguntantes a que se dirijan a él.
La parte que me toca la tengo clara y la dejo clara: voy a escribir en Público una columna diaria, de lunes a domingo, y la voy a escribir a mi modo, porque eso es lo que me han pedido y porque no sé hacer otra cosa, pero no tengo ninguna responsabilidad ni ningún mando ni en la empresa editora ni en su estructura periodística, porque ni me lo han ofrecido ni lo quiero.
Bastantes lectores me han preguntado por mi actitud hacia el nuevo diario. Ya he dicho que tengo interés en ver cómo se me da lo de la columna diaria, aunque la experiencia haya demostrado sobradamente que no me asusta escribir todos los días. La dificultad principal no estriba en escribir a diario, sino en conseguir que el resultado mantenga un nivel medio que (me) resulte aceptable.
Fuera de eso, ¿digo algo sorprendente si añado que espero y deseo que Público tenga éxito? No sólo por mi propio bien personal, sino también por el bien colectivo. Porque el actual panorama periodístico español resulta tirando a deprimente.
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(*) No pongo enlace a la columna de Raúl del Pozo en El Mundo porque sólo es visible en la versión de pago. Puede verse otra referencia a la conferencia de prensa de ayer en Periodista Digital.