Todos los días recojo de la prensa algún hecho que me sugiere un comentario, es decir, una posible columna. A veces son varias las noticias que me resultan curiosas, chocantes o polémicas. Las voy abordando en la medida de mis posibilidades pero, como sólo me publican una columna diaria, al cabo de unos cuantos días me topo con que tengo un puñado de recortes sobre sucesos que ya han perdido actualidad. Entonces hago limpieza y reinicio el acopio.
Esta mañana –más bien madrugada– he emprendido una de esas operaciones de actualización de mis recortes y me he encontrado con varios destinados impepinablemente a la papelera que, sin embargo, siguen llamándome la atención.
Uno da cuenta del sobreseimiento de la causa abierta hace años por la Audiencia Nacional contra Abu Dahdah por una supuesta labor de financiación de Al Qaeda. El tribunal dice ahora que la acusación del ministerio fiscal estaba “absolutamente desprovista de todo apoyo fáctico”. A eso habría que añadir que la Audiencia condenó en 2005 a Abu Dahdah a 15 años de cárcel por su participación en los atentados de las Torres Gemelas, sentencia que el Tribunal Supremo anuló tras constatar que carecía por completo de base probatoria. Son muestras de cómo funciona ese órgano tan especial de la justicia española: acusaciones sin base, sentencias sin pruebas.
Otro recorte habla del anteproyecto de reforma de la Ley de Extranjería aprobado por el Gobierno a mediados de diciembre. Resulta llamativo (y sería cómico, de no resultar trágico) que el secretario general del Grupo Popular, José Luis Ayllón, criticara al Ejecutivo por haber “plagiado” (sic!) varias propuestas presentadas por el PP. Todo parece una broma de mal gusto: que el Gobierno socialista asuma postulados llamativamente reaccionarios del PP (sobre reagrupación familiar de los inmigrantes, sobre permisos de trabajo para sus cónyuges e hijos, sobre su derecho a la sindicación, asociación, huelga y manifestación, sobre periodos de retención, etc.) y que el PP, en plan SGAE, en vez de felicitarse por ello, reclame derechos de autor.
Otro recorte que no voy a tener más remedio que depositar en la papelera da cuenta del informe de Human Rights Watch, también de mediados de diciembre, que constata que las fuerzas marroquíes de ocupación del Sáhara recurren habitualmente a la tortura contra los detenidos a los que relaciona con el Frente Polisario.
Tengo varios recortes más, pero la relación podría hacerse demasiado larga.