Inicio | Textos de Ortiz | Voces amigas

2006/05/19 05:30:00 GMT+2

Los votos coincidentes

El lema del PSC para la campaña del referéndum sobre el nuevo Estatut («El PP utilizará tu no contra Cataluña», escrito en su versión castellana) ha indignado a los del partido de Rajoy, que no entienden a qué viene ese intento de convertir las urnas del 18 de junio en un plebiscito contra ellos.

Yo se lo digo: el PSC no pretende tal cosa. Al PSC, el PP no le inquieta nada. La consigna habla del PP, pero contra quien apunta en realidad es, sobre todo, contra ERC. Para decir que los noes que obtenga el PP van a respaldar la política del PP, y para añadir a eso que los socialistas catalanes consideran que la política del PP es contraria a los intereses de Cataluña, no hacía falta ninguna campaña propagandística. Son obviedades. Lo que esa consigna dice, de hecho, es: «Ándate con ojo si estás pensando en rechazar el nuevo Estatut por insuficiente, porque la derecha centralista utilizará tu voto negativo en su provecho». O, expresado con mayor claridad todavía: «Si sigues la consigna de ERC, ayudarás al PP».

Se veía venir. Hace ya días que el PSC, IC y CiU venían echando mano de ese argumento: votar no es coincidir con lo peorcito de la reacción.

¿Lo es? En cierto modo sí, por supuesto. Si uno vota no, coincide con los demás que votan no, qué duda cabe. Por las mismas, también cabría invertir los términos y decir a los seguidores del PP: «ERC utilizará tu no en favor del independentismo».

Este asunto de la coincidencia de los votos es aburridamente recurrente. Según y en relación a qué cosas, todos los partidos han tenido en uno u otro momento confluencias de voto tan enojosas como inevitables. En Euskadi, durante la pasada legislatura, el PP y el PSE coincidieron una y otra vez con Batasuna a la hora de votar contra las propuestas del tripartito. En algunas ocasiones no sólo coincidieron en el voto, sino también en sus tácticas parlamentarias obstruccionistas.

A mí, eso de las coincidencias nunca me ha impresionado gran cosa. Si me abstengo en tal o cual cita electoral –cosa que suelo hacer con mucha frecuencia–, no se me oculta que coincido con la gente que se desinteresa de la política, y sé que mi propia abstención podrá ser evaluada como una prueba de jemenfoutismo (*), cómico término muy usado por mi amigo José Ignacio Lacasta Zabalza. Y así todo: si digo que no a la OTAN, digo lo mismo que los falangistas; si critico tal o cual actuación de la Ertzaintza, hago lo mismo que el PP; si me opongo al trasvase del Ebro, me alineo con los aguadores más insolidarios (pero si lo apoyo, respaldo a los fabricantes mediterráneos de campos de golf a mansalva), etc., etc.

Cada cual tiene que decidir en conciencia qué vota, cuando vota y si es que vota, preocupándose por su propia interpretación, y no por la que otros puedan asignarle. Porque la experiencia demuestra que toda opción política es susceptible de ser interpretada al revés.

Lo cual que nadie se lo tome como una invitación a votar no en el referéndum catalán. Ni a votar no, ni a votar , ni a votar nulo, ni a abstenerse, ni a nada. No me injiero en los asuntos internos de otros países. Sólo evalúo el valor –o la falta de valor– de algunos argumentos.

____________

(*) Del vocablo popular francés «je-m'en-foutisme», derivado a su vez de la expresión «je m’en fous» (me importa un bledo).

Escrito por: ortiz.2006/05/19 05:30:00 GMT+2
Etiquetas: psc pp estatut erc | Permalink