Apuntes del Natural

No soy creyente, y de hecho odio de todo corazón a la Iglesia Católica, o por lo menos a una parte de ella -porque también se encuentran en la susodicha institución personas ciertamente válidas, aunque, a mi juicio, equivocadas en sus ideas-. Pero de verdad, Javier, esta sarta de trivialidades que has escrito hoy, y esta profunda incomprensión de lo que significa una fe religiosa -que, insisto, yo no comparto, pero espero que por motivos más serios- me dan ganas de ir a inscribirme al Opus Dei.

Se odia lo que se desea, dicen los psicoanalistas clínicos, y Julio Ramón acaba de darnos una clara muestra de que eso es así, al menos para él, en un solo párrafo.

A mi me la traería al fresco la Santa Madre Iglesia, si no fuera porque su doctrina le hace daño a muchos de mis congéneres, y a mí, por simpatía. Pero mis odios tienen nombre y apellidos.

Javier nos muestra parte del disparate, solo una parte, que guía a millones de fieles a mantener un culto, una tradición, una religión. No deberíamos quedarnos mirando el dedo que señala la luna. Opino.

A Julio Ramón: No son trivialidades, son meros ejemplos. Y tomados sin necesidad de profundizar mucho para demostrar, incluso a no creyentes con ganas de creer más en las empresas del ramo que en el propio mito, como tú, que las religiones en general, y la cristiana en particular, son y siempre han sido instrumentos de dominación al servicio de cuatro listos. Dicho sucintamente. Porque a poco que rasquemos sacaríamos mierda para tapar los océanos. Y los que no creemos y además ponemos a parir los mitos religiosos y sobre todo a sus gestores tenemos todo el derecho a hacerlo en base a unas cuantas razones: derecho de réplica, autodefensa, sentido común, capacidad de raciocinio, capacidad de criticar, capacidad de distinguir ficción y realidad, insumisión ante autoridades morales (y de las otras) absurdas, etc. Sí que hay gente "válida" en esos negocios, pero sería de agradecer que gastaran sus energías en otros menesteres más terrenales.

La respuesta a los intríngulis que plantea Javier la contestó Dostoyevski en 'Los hermanos Karamazov', en la fábula del 'Gran Inquisidor', quien, cuando se percató de que era Jesucristo a quien la Inquisición había condenado a la hoguera, y después de una intensa conversación con el condenado (uno de los hitos de la literatura universal), decidió cargárselo, entre otras cosas para poder seguir comiendo del cuento del pecado.  

Eso es lo que canta el personaje Judas en "Jesus Christ Superstar", al final, dirigiéndose a Jesús desde la otra vida: "You'd have managed better if you'd had it planned, now why d'you choose such a backward time and such a strange land? If you'd come today you could have reached the whole nation... Israel in 4 B.C. had no mass communication. Don't you get me wrong, I only wanna now".

Julio Ramón, tú ya estás inscrito en el Opus. Bienvenido

Me vais a disculpar, pero me parece que la oposición entre actitudes (u opciones) fundamentales de los humanos no se halla tanto en la fe, sino en las obras: Unos proceden así y otros se conducen asá. Curiosamente entre los que proceden así hay creyentes en esto o en lo otro o declarados no creyentes (que creen no creer), como entre los que se conducen asá.
A veces los "correligionarios" coinciden en convocatorias o reuniones, inclusive masivas. Sin embargo, como (me) lo han demostrado algunas de ellas en particular (la de los "mártires" en Roma y las de la AVT en Madrid), se han reunido no "creyentes" en una sola fe, sino "obrantes" (o antiobrantes) en un determinado sentido.
De hecho las llamadas herejías o los cismas (las relativas al papado de Roma) lo han sido más por la vía de las obras, aunque lo pretextado fue siempre los "objetos" de la fe.
Estoy pensando en el Cisma de Occidente o en el de Oriente, mismo, en la Reforma y en la Contrarreforma, como muestras (para mí) evidentes de lo que sucintamente digo.
En cuanto a la fe de cada uno... es la fe de cada uno. O la des-fe o la para-fe o... Todos creemos en algo (algos) y en alguien (álguienes). Lo decisivo, como digo, son las consecuencias (o las presecuencias), las obras, el comportamiento que sigue (o antecede) a esa fe, simpre multiforme. La fe unívoca no es fe, es fanatismo, antife.

No recuerdo de quien era la cita, ni tampoco su literalidad, pero la leí en un artículo de Eduardo Galeano y me gustó. Iba sobre un ateo que le decía a un creyente que en realidad los dos eran casi iguales, el ateo despreciaba todas las religiones y el creyente todas menos una.

Hay una religiosidad infantil y hay un ateísmo infantil. Ni uno ni otro tienen cabida en una discusión adulta.

Cuando eres pequeñito te cuentan tus papás que los juguetes los traen los Reyes Magos y que a los bebés los trae de París la cigüeña. Cuando ya vas siendo algo menos pequeñito, un compañero de colegio más informado que tú te comunica (con esa satisfacción desdeñosa típica del enterado) que el tema de los juguetes es cosa de los papás y el de los bebés, también.

Cuando eres pequeñito te cuentan tus papás que la abuelita se ha ido al cielo, y los frailes del colegio te cuentan que si José que si María que si subió que si bajó y que tocarse tal y tal parte es una cosa que está muy mal. Cuando dejas de ser pequeñito y te vas dando cuenta de que tocarte tal y tal parte es una cosa que está bastante bien, empiezas a pensar que las demás historias que te contaron los frailes quizá no merezcan demasiado crédito.

Y te sientes mayorcísimo y listísimo porque ya no crees en los Reyes Magos ni en el Infierno ni en los angelitos voladores.

Todo eso está muy bien y eleva mucho la autoestima adolescente, pero si hablamos de religión desde un punto de vista adulto, hay que evitar las sobre-simplificaciones y las caricaturas. Las religiones son cosas más complejas que los cuatro cuentecillos que nos contaron los frailes del colegio. ¿De verdad cree alguien en esta página que los teólogos cristianos actuales conciben a "Dios" como un señor de barbas blancas, o el "Cielo" como un solarium plantado encima de las nubes? ¿Piensa alguien que todas las personas que aceptan la noción de "Dios" son deficientes mentales? 

Por otra parte, no deja de ser gracioso cuántas personas hay que se consideran listísimas por no creer en el dogma de la "Inmaculada Concepción" o en la resurrección de Jesucristo o en los angelitos voladores o en Dios padre que está en los cielos, pero creen con conmovedora ingenuidad a sus cuarenta y tantos o cincuenta y tantos años en cosas tan ilusorias como el Destino, la Suerte, la Sociedad, la Justicia y qué se yo cuántas más. Jóvenes supuestamente no creyentes que creen en el "derecho a ser feliz". Personas de mediana edad que creen que "todo se arreglará". Ancianos que creen que "con lo que yo he trabajado en la vida, me merezco un descanso".

Cuánta ingenuidad, cuántos dioses. Nos hacemos adultos no cuando dejamos de creer en los Reyes Magos o en el señor de las barbas blancas subido sobre una nube, sino cuando nos damos cuenta de que la felicidad hay que buscársela, de que las cosas no se arreglan solas, de que nadie se merece ningún descanso a menos que lo compre o lo conquiste.

En eso estoy de acuerdo con Javier Ortiz: la suerte hay que hacérsela.

 

Antes he "definido" negativamente la fe: «La fe unívoca no es fe, es fanatismo, antife.» No es que la fe tenga que ser equívoca; es que es multívoca: Creo en esto, así; creo en aquello, asá; creo en este, de esta manera y en aquél, de la otra. En cualquier caso, la fe es siempre luz incompleta o "noche oscura del alma". La excesiva luz nos mataría. Está dicho en el libro del Éxodo (33, 18-20):

18.	Entonces dijo Moisés: «Déjame ver, por favor, tu gloria.»
19.	El le contestó: «Yo haré pasar ante tu vista toda mi bondad y pronunciaré delante de ti el nombre de Yahveh; pues hago gracia a quien hago gracia y tengo misericordia con quien tengo misericordia.»
20.	Y añadió: «Pero mi rostro no podrás verlo; porque no puede verme el hombre y seguir viviendo.»

Sinceramente, sospecho que Dios proviene, como dice Javier, de las ganas de creer; ganas que los humanos tenemos desde que hace miles de años sospechamos que todos y todo era trivial, nimio.
Pero en la hipótesis de que Dios existiera, ¿crees que tú, insignificante humano, te darías cuenta?
Que Alá nos proteja.

Dios es ateo

Siempre ha habido gente que quiere creer en algún ser superior que le evite la tarea de pensar. Pero la pervivencia del cristianismo desde su creación en el siglo IV "después de Cristo" se explica principalmente por el gigantesco aparato de terror y represión de la Iglesia Católica, la mayor organización criminal de todos los tiempos. Los millones de personas asesinadas a lo largo de los siglos por los cristianos convierten al Holocausto en algo insignificante (aunque no hay que olvidar que la Iglesia Católica participó activamente en el Holocausto, y de hecho los campos de concentración en Croacia eran dirigidos mayormente por sacerdotes católicos).

Me refiero a la Iglesia Católica, pero lo mismo se aplica a las demás variantes cristianas, que sus diferencias pueden estar en si el Hijo es de la misma naturaleza que el Padre o de naturaleza similar, o si la comunión es con dos especies o con una, pero están de acuerdo en lo fundamental, el asesinato de todo aquel que se oponga a su dominio.

De otro modo, sin la aplicación de este terror masivo y sistemático durante siglos, no puede entenderse que un conjunto de sandeces y patrañas incoherentes y llenas de contradicciones como los Evangelios cristianos puedan ser todavía hoy tomados en serio por mucha gente.

como puedes decir esto y quedarte tan tranquilo, mira si fue un boom lo de Jesuscrito, que nuestro calendario se basa en antes y despues de jesús, esmás en religiones como la indu está jesús como un DIos más, asi k si afecto, que sacar algo en la cnn hubiera tenido más reconocimiento, lo dudo, cuantas cosas salen en los medios de comunicación que al dia siguiente te olvidas.
me parece que o no te ha sexpresado bien, o no sabes lo k te dices