Hablaba ayer con una amiga sobre la amistad. Le decía que la enfermedad de mi compañera de fatigas, Charo (*), y la muerte de mi hermano Josemari me han permitido ratificar algo que ya sabía: que tenemos un montón de amigos y amigas.
“¿Como cuántos?”, me preguntó.
“Entre Charo y yo, varias decenas, desde luego”, le respondí.
Se asombró.
Es posible que no me explicara bien. En eso, como en casi en todo, hay que establecer grados y variedades.
Yo considero que un amigo o una amiga es una persona que está claro que se interesa sinceramente por cómo te va y que demuestra que está dispuesta a hacer ciertos sacrificios para ayudarte, si te hace falta. Y que suscita en ti una predisposición recíproca equivalente.
Pero, claro, ése es un criterio general. Luego hay que ir a lo particular.
Por ejemplo: no es lo mismo alguien que te presta un apoyo concreto en un momento concreto, sin más, que alguien que es capaz de demostrarte su aprecio de manera permanente, sin necesidad de hacer mención expresa de ello.
También hay que considerar la predisposición natural de las personas. Las hay que son espontáneamente muy generosas, en general, y las hay que administran sus favores con tanto celo que el más pequeño de los gestos merece ser valorado como una joya.
Y del otro lado: hay quien lleva bien y agradece mansamente las ayudas y a quien le sienta como una patada estar en deuda, así sea sólo moral, con alguien.
¿Más posibilidades? Existen, por supuesto. Está el caso de quien es capaz de hacer el mayor de los sacrificios por un amigo, siempre que se concrete en una sola decisión y quepa materializarla rápidamente, pero que, en cambio, jamás asumiría una responsabilidad, aunque fuera menor, que le obligara a algo paciente, sistemático y constante.
O sea, que es un asunto complicado, éste de la amistad, que admite muchos matices.
A mí me emociona mucho en todas sus manifestaciones, pero eso también puede ser porque espero más bien poco. Mi escasa fe en el género humano, asentada en una experiencia que ya empieza a ser larga (tocaré madera), me ha llevado a considerar que, por lo general, lo más sensato es ponerse siempre en la peor de las hipótesis.
Partiendo de eso, lo más frecuente es salir ganando.
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(*) Ya he dicho otras veces que a Charo no le gusta que hable en público de sus asuntos pero, en este caso, y habida cuenta de algunas confusiones que mis ambigüedades han producido en los últimos días, me parece oportuno precisar que ya está en casa, con el ánimo bien alto y en rápida recuperación, aunque la convalecencia de una intervención quirúrgica importante no sea cosa de dos días.
Comentarios
Escrito por: AnteTodoMuchaCalma.2007/11/21 10:50:44.438000 GMT+1
Escrito por: A.B..2007/11/21 12:13:2.477000 GMT+1
Escrito por: Belén.2007/11/21 12:31:40.894000 GMT+1
Escrito por: Carlos.2007/11/21 14:28:7.169000 GMT+1
ESKAINTZA (Ofrecimiento)
Nire etxera etortzen bahaiz/beti izanen duk/hautsontzi bat/hutsik, txukun/hiretzat.
Nire etxera etortzen bahaiz/beti izanen duk/isiltasun piskat/bilduko duen/gelatxo bat.
Zokoan isil hiretzat/ardo gorri/botila bat/izango duk/berezia.
Galdera gorririk gabe/hire etorria/hautsi gabe/poz pozik hartuko haut.
Si vienes a mi casa/siempre tendrás/un cenicero/vacío, limpio/para ti.
Si vienes a mi casa/siempre tendrás/una habitación/que recoja/un poco de silencio.
Apartada para ti/siempre habrá/una botella/de vino bueno/silencioso en el rincón.
Te recibiré/bien contento/sin el asalto/de preguntas/estériles que te invadan.
Musu bat
Escrito por: Marieta.2007/11/21 22:24:34.546000 GMT+1
Escrito por: miguel.2011/01/26 02:55:57.361000 GMT+1
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