Acabo de escribir una columna sobre Quantum of Solace, la vigésimo segunda entrega (creo) de la serie de James Bond, que vi ayer. Supongo que la pondré en circulación cualquier día de la semana que viene.
Como las columnas son tan breves, me he quedado con las ganas de citar una respuesta que Luis Buñuel, según me contaron, dio a un colaborador que tuvo durante la realización de Robinson Crusoe, una de las pocas películas que el aragonés rodó en Hollywood. El hombre le dijo que podían tomar una imagen de Crusoe (del actor que interpretaba a Crusoe, claro) situando la cámara en el techo de la cabaña, en vertical, lo cual resultaría de mucho efecto. Y Buñuel le respondió: “¿Para qué? ¿Qué añadiríamos con eso a la historia?”.
Eso no es sólo una respuesta: es toda una concepción del arte cinematográfico. Un buen director, como lo fue Buñuel, no filma imágenes ni pone frases en boca de los actores con la finalidad de pasmar, de deslumbrar, de demostrar lo ingenioso que puede ser, de dejar boquiabierto al público. Tiene una historia en la cabeza y concentra todos los recursos en función del relato. Y si el relato reclama réplicas divertidas, les da rienda suelta. Y si una toma de cámara desde el suelo a través de una mesa de cristal, al modo de Hitchcock, puede producir el efecto inquietante deseado, la hace. Pero si no, no.
Lo irritante es que cada vez hay más cine –incluso grandísimas producciones– que se filman no en función de la historia que tratan de contar, que a menudo apenas existe, sino tan sólo con el ánimo de suscitar la admiración del público papanatas, que va al cine como quien acude a ver un castillo de fuegos artificiales.
Si se trata de ver fuegos artificiales, yo prefiero los fuegos artificiales, que los hay buenísimos y tienen el encanto añadido de ser evanescentes, fugaces e irrepetibles.
Comentarios
Totalmente de acuerdo en esto,reconozco que hoy en día se hace un cine exclusivamente comercial,para que la gente no piense,esto lo había comentado la ditectora de cine Giulia Colaizzi en una entrevista que le hicieron para El Correo Español allá por el año 1996,era cuando estaba dando un curso sobre cine en San sebastián,citó una anécdota de Luis Buñuel que decía que "Basta con ver los primeros minutos de una película para saber como acaba",y que abominaba "de un cine estúpido hecho para un público que se cree igualmente estúpido.Todavía la conservo en casa y me ha dado para hacer ideas que pueden consultarse en este link adjuntado.
Escrito por: sergio.2008/11/23 16:09:18.917000 GMT+1
http://es.geocities.com/sergio_saez2004/sitio.html
Escrito por: esteve.2008/11/23 21:03:29.037000 GMT+1
Escrito por: Golfi.2008/11/24 08:52:4.230000 GMT+1
El director de "Tiro en la cabeza" se llama Jaime Rosales, no Luis Rosales.
Por otra parte, siempre se ha hecho cine de calidad y al mismo tiempo muy rentable. Cada vez menos, es cierto, pero siempre ha habido taquillazos de gran calidad cinematográfica.
Escrito por: ARP.2008/11/24 09:54:38.948000 GMT+1
Subscribo de pe a pa la crítica del cine de hoy que nos hace JOR.Y me gustaría añadir, ¿Y qué me decís del abuso continuado del primer y primerísimo plano, o incluso de la lente macro, para...decir nada?...
Es justo lo que dice JOR, ¡¡precioso fotograma!, ¡Plano excelente!,...¡¡¡pamplinas!!! ¡Viva el plano normal, el general y el llamado americano!, úsense las virguerías efectistas cuando y sólo cuando quieran remalcar algo realmente imprescindible. Y perdonad la chapa seudocinéfila.
Ejemplo de lo que digo: La que ví ayer en el festicine de Huelva: Su título "3 días"...... .... .....Infumable. Perdón, gracias.
Escrito por: alargaor.2008/11/24 12:35:42.304000 GMT+1
Escrito por: Carlanca.2008/11/25 07:30:47.005000 GMT+1
Escrito por: Oriol.2008/11/26 09:12:33.248000 GMT+1