• «En una época de universal engaño, decir la verdad constituye un acto revolucionario». Por dos veces he visto citada esta frase de George Orwell en las últimas horas. Finalizaba una película que pasaron anteanoche por algún canal de televisión y de la que sólo vi, precisamente, el final. La víspera la había exhibido en Londres un ciudadano en una pequeña pancarta que paseó por las cercanías del Parlamento británico. Durante poco tiempo, porque fue detenido en conformidad con la nueva legislación antiterrorista de Blair, que prohíbe hacer propaganda política en determinadas zonas de la capital británica.
Los policías que detuvieron al hombre de la pancarta quizá no se dieron cuenta de que, para considerar que la frase en cuestión es propaganda política, se requiere empezar por convenir con él en que, en efecto, vivimos «en una época de universal engaño».
• Visita a Madrid del ministro del
Interior francés, Nicolas Sarkozy. Nada más llegar, se reunió con Pérez
Rubalcaba y fijó un encuentro con Rodríguez Zapatero. A continuación, se fue a
cenar con Aznar y con Acebes. Por preferencias personales, supongo.
Doy por hecho que ni Rubalcaba ni Zapatero habrán hecho a Sarkozy ninguna confidencia que no quieran que llegue de inmediato al PP. Imagino que no le habrán insinuado nada, en particular, que tenga que ver con una posible suavización de la actividad policial contra ETA en territorio francés.
Conociéndome el percal, no me extraña nada que Sarkozy haya preferido a la gente del PP para la parte más relajada de su estancia en Madrid. Me ha extrañado, sin embargo, que nadie haya explicado por qué el ministro francés de Interior eligió ese par de comensales, en concreto. ¿Por qué Aznar sí y Rajoy no?
• Primer día del carné por puntos. Oí ayer al director general de Tráfico, Pere Navarro, afirmar que uno de los objetivos del tal carné es «demostrar que los accidentes son evitables».
La de tonterías que pueden decir quienes se dedican profesionalmente a la venta de peines.
Tiene sentido plantearse qué cabe hacer para contribuir a que se produzcan menos accidentes. Pero es absurdo pretender que los accidentes –así, en general, considerados globalmente– pueden ser evitados.
Lo que Pere Navarro pretende es extender la idea de que los accidentes no son inherentes al transporte por automóvil, sino una disfunción del sistema, evitable por tanto. Y eso es falso. Los humanos somos propensos a la comisión de errores: nos distraemos de muy diversas formas, tenemos prisa, sueño, miedo a las avispas que entran por las ventanillas, somos competitivos, no revisamos nuestros coches todo lo que haría falta, no cambiamos de neumáticos con la frecuencia debida (porque son muy caros y andamos mal de dinero, porque ni los miramos)... Los errores de ese tipo pueden prevenirse al máximo en los medios de transporte colectivo, profesionalizando la conducción y arropándola con múltiples medidas de seguridad. Es imposible hacerlo en el conjunto de los coches particulares. En consecuencia, una cierta cantidad de accidentes es inevitable.
Pere Navarro lo sabe. Le consta que en los países en los que ya funciona desde hace tiempo el carné por puntos sigue habiendo muchos muertos en la carretera. Algunos menos, pero todavía muchos.
A lo que
ninguno de ellos se atreve es a promover un modelo social de transporte que dé
prioridad a los medios colectivos y públicos y haga poco prácticos los
desplazamientos en coche particular.
Todo sea con tal de no contrariar los sacrosantos intereses de la sacrosanta industria del automóvil.
• Me han
enseñado a acceder a un contador de visitas de páginas web que es, por
lo que dicen los expertos, el más preciso de los accesibles sin coste
económico. Se trata del Google Analytics. Este contador depura las
estadísticas, descartando las visitas que, de hecho, no tienen
estricto valor de tales. No me preguntéis cómo lo hace, porque no lo sé. Estoy
tomando nota de los datos que me proporciona este contador, aunque sigo
reflejando las estadísticas de Webalizer, más que nada porque, si sus
datos absolutos resultan discutibles, no lo es la tendencia que marca (que, por
fortuna, sigue siendo ascendente).
De todos modos, por el aquel de jugar limpio, dejaré constancia mensualmente de las visitas contabilizadas por Google Analytics. Éstos son los datos que asigna a www.javierortiz.net en el mes de junio: visitas, 45.723; páginas visitadas, 126.389.
Ahora, a medida que avance el verano, la cifra bajará. Lo hace todos los años. No sé por qué, pero mis lectores tienden a abandonarme en cuanto tienen la oportunidad de entregarse a la molicie. Ingratos.