Hay nervios en el PNV. Por partida doble. Unos temen que el partido sea dejado de lado, fuera del núcleo decisorio del proceso político abierto tras la declaración de alto el fuego permanente de ETA; otros que sea el lehendakari el marginado. En fin, no faltan los que creen que ambos peligros pueden verificarse a la vez. Observan con preocupación que los socialistas y Batasuna se toman mutuamente por interlocutores privilegiados, sin contar ni con Ibarretxe ni con el PNV.
¿La Historia se repite? Sucedió algo similar cuando las conversaciones de Argel. Es cierto que entonces los interlocutores eran el Gobierno de Felipe González y ETA, pero los representantes de la organización armada trabajaban de consuno con Herri Batasuna, y se hacían asesorar por algunos de sus dirigentes. El PNV ayudó a que aquel intento de firmar la paz se pusiera en marcha e hizo varias veces de intermediario entre ETA y el Gobierno de Madrid, pero, cuando pidió que le permitieran tener a alguien en Argel a título de mero observador, HB se cerró en banda. Tampoco los delegados de Felipe González mostraron mayor interés en ver a nadie del PNV por allí. El PNV lo aceptó, aunque a regañadientes, porque, a fin de cuentas, era un encuentro entre contendientes armados.
Pero ahora el asunto, aunque presente similitudes, es muy otro. El PNV no se queja de que se prescinda de él en los contactos entre Zapatero y ETA. Lo que teme es que no le den cancha en las discusiones políticas que se van a abrir en paralelo. Que los socialistas y Batasuna le hagan una pinza y lo dejen fuera de juego.
¿Es un peligro estratégico? Me consta que, desde hace ya bastante, algunos socialistas vascos manejan como hipótesis la posibilidad de que, con ETA en vías de disolución y con Batasuna vuelta a la legalidad (con ese nombre o con otro), cupiera poner en marcha en Euskadi una experiencia a la catalana, montando una coalición de gobierno PSE-Batasuna, con los posibles concursos de EA y Ezker Batua, y mandando al PNV a la oposición. Eso, que hace apenas unos meses sonaba como pura política-ficción, si es que no delirio, ahora ya puede ser incluido en la categoría de lo muy improbable, sin más. (Yo sigo sin ver cómo podrían arreglárselas tanto el PSOE como Batasuna, cada uno por su lado, para vender ese pacto a sus respectivas aficiones y, en el caso específico del PSOE, cómo podría presentarse ante el electorado español con ese flanco abierto a la crítica más feroz de la derecha política y social. Pero cosas más raras se han visto.)
En todo caso, lo que no veo es qué puede conseguir el PNV quejándose lastimeramente. Tiene el papel preponderante en el Gobierno de Gasteiz y es el partido con más peso en la sociedad vasca. Si el planteamiento que acaba imponiéndose es el que propugna que las soluciones políticas que se vayan acordando nazcan de acuerdos entre fuerzas vascas y sólo vascas, su papel habrá de ser importante, por necesidad. A partir de ahí, cada cual pintará más o menos en función de la aceptación social que encuentren sus respectivas iniciativas y propuestas.
Da la sensación de que ahora mismo, en el fondo, se está discutiendo menos sobre las grandes alternativas encaminadas a la normalización política que sobre lo que podrá salir de las próximas elecciones vascas, y sobre las coaliciones de gobierno que sus resultados permitirán.
Es un error. Si nada obliga a lo contrario, no habrá nuevas elecciones autonómicas hasta 2009. De aquí a entonces, los datos de la realidad van a experimentar con toda seguridad muchos cambios. Tantos, que convierten en un ejercicio inútil todas las proyecciones especulativas que se hagan ahora.
Ahora, en lo que hay que concentrarse es en asegurar la paz y favorecer un replanteamiento positivo del engarce de Euskadi con (en, dentro, con respecto a, etc.) el Estado español. Todo lo demás sobra.
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Durante mi reciente estancia en Galicia, los amigos de vieiros.com, único periódico digital en gallego, me hicieron una entrevista. El texto que han publicado resume bien las declaraciones que les hice, cosa no demasiado frecuente en las entrevistas. Quien sepa gallego o quiera ejercitarse en su lectura, puede leer la mentada entrevista pinchando aquí.