Se acumulan las nuevas luctuosas.
Me afectó la noticia del fallecimiento de Manolo Sanabria, compañero de andanzas periodísticas en la época del diario Liberación. Siempre lo recordaré como un parlanchín divertido y ácido, y también como un escritor brillante, acerado y caótico. Un tipo majísimo, de ésos que los jefes de cierre odiábamos, porque pueden entretener a todo el mundo con cualquier cosa y conseguir que nadie entregue los artículos a su hora.
Escribió en una ocasión una crónica de un robo en Vallecas, titulada Atracan un banco en la modalidad de parejas, que tengo en la memoria como una joya, ejemplar por dos conceptos: como muestra espléndida de periodismo y como provocación irresistible a la incontinencia urinaria. Era de mearse.
Ha muerto también Carlos Otamendi, que fue en los años ochenta muy discreto pero eficacísimo líder de la Comisión Anti-OTAN de Madrid.
Carlos, compañero también de otras fatigas políticas, era natural de mi barrio de Gros, en Donostia. Su casa estaba a dos manzanas de la de mis padres. Hubo una época en la que un amigo cercano se reía a gusto de todos nosotros (Eugenio del Río, Patxi Iturrioz, Josetxo Fagoaga, el también difunto y genial pintor Carlos Sanz, los hermanos Fernando y Guillermo Lusa…) diciendo que no íbamos a construir “el socialismo en un solo país”, según la conocida sentencia trotskista, sino “el socialismo en una sola calle”, porque vivíamos todos en un radio de 300 metros. Otamendi estaba también allí en medio, aunque era algo más joven que nosotros.
Carlos, no sé muy bien ni cómo ni por qué, llegó a ser ejecutivo de Metra Seis en Madrid, la empresa demoscópica, y nos dio bastantes bolos a casi todos los amigos miserables. En los tiempos en los que no teníamos ni para pagarnos un bocata de calamares, nos llamaba para que opináramos de cualquier cosa, y no le dejábamos del todo mal, porque dábamos prueba de un buen nivel cultural, no muy fácil de encontrar en otras “muestras aleatorias”.
La verdad es que estamos viviendo ahora mismo tiempos muy amargos. Cada vez que últimamente descuelgo el teléfono, tiemblo.
Estamos cayendo como chinches.
De algunos podrá decirse que es normal, porque lo somos, pero de otros me consta que no.
Las cenizas de Carlos se mecen ya con las olas del Cantábrico. Allí dejamos también las de mi hermano Bobi.
Da igual, pero, puestos a escoger, yo casi preferiría la cumbre del monte Larrun, en la muga entre los dos estados, por donde tantas veces cruzamos en tiempos la frontera en ambos sentidos, burlando a todas las policías.
Me divierte pensar en la posibilidad de que mis restos acaben algún día bailando al albur del viento entre aquellas viejas rocas, queridas amigas junveniles.
¡Me gustaría tanto ser travieso hasta el final!
--oOo--
Otra de autobombo
En relación con la encuesta sobre columnistas del diario Público que cité ayer, presente en el blog de Ignacio Escolar, me toca hoy precisar que he subido en la lista de favoritos. Al número 1, en concreto, según podía constatarse esta madrugada. (¡Juro que yo no he votado, y que no he pedido a nadie que lo haga!)
--oOo--
Nota bene.– Un lector comenta que no es que El País haya defenestrado a Máximo, sino que, según ha podido enterarse él por internet, el buen editorialista gráfico tiene una lesión en la mano que le impide dibujar. El lector bromea diciendo que soy muy mal pensado y que enseño la oreja de mi fobia anti-PRISA.
Respondo por partes. 1ª) No enseño la oreja, sino el cuerpo entero: esa empresa me carga y jamás he ocultado ni mis sentimientos ni mis razones; 2ª) También es coincidencia que Máximo se lesione la mano justo cuando El País cambia de diseño y reestructura sus páginas de Opinión; 3ª) ¿Por qué debe uno ir a internet para enterarse de lo sucedido? ¿No habría sido más natural y lógico que el propio periódico diera cuenta de esa baja temporal en su edición impresa?; 4ª) Sé de algún (¿otro?) colaborador gráfico de El País al que le han dicho que "su caso" está en estudio y que ya le dirán dentro de un mes qué determinación ha tomado la empresa a su respecto, y 5ª) No veo en qué lugar del nuevo diseño de El País podría encajar la viñeta de Máximo.
O sea, que puede que yo sea muy suspicaz, pero que las razones tampoco me han faltado.
Comentarios
Estuve en Liberación y lamento la muerte de Manolo S. un gran reportero que, además, ayudaba a romper ese aire homogeneo que acaban teniendo los diarios. Su talento, creo, estaba ayudado por su supuesto superior jerárquico, un tipo tranquilo llamado Daniel Moyano, que hacía cosas curiosas para la época (foto a página entera de una afectada cuando la explosión de Bopal). Por no olvidar a otro fulano que trabajaba en otra área, precursor, desarrollador y mantenedor sin desmayo de la sección "mujeres maltratadas". En fin, pasan los años. Afectuosamente.
Escrito por: eloi.2007/11/16 08:44:43.177000 GMT+1
Javier, ¡que pesado eres con El País! Al final vas a conseguir que les tenga simpatía. Nunca, nunca he leído algo tuyo que critique a El Mundo o a Pedro J en los términos que haces con El País. Que El Mundo censura y despide a uno de sus blogeros, esp àra ti es libertad de empresa, que lo hace El País, eso es la hipocresía de los que dicen respetar la libertad de expresión. Que El Mundo es condenado por el TC, eso son cosas que pasan, que le ocurre al El País, eso demuestra sus formas dictatoriales, etc.
Otros, al menos, reparten por igual, y eso que son más bien conservadores (Yanke, Darío Valcárcel, etc.).
Todo ello me llama la atención viniendo de una persona que suele ser bastante equitativa e incluso a defendido asuntos (como es el problema vasco o como narices se le quiera llamar) con el único motivo de que demostrar que se utilizaban dos varas de medir.
En fin, se ve que El País es para ti lo “vasco” para los periodistas y políticos “madrileños”
Escrito por: Ángel.2007/11/16 09:39:59.905000 GMT+1
Me ha hecho gracia que digas que no entiendes cómo has subido al primer puesto si "no he dicho a nadie que lo haga"... Ja, no me creo que seas tan inocente, si ayer pusiste eso en tu página, y somos muchos los que la leemos y te seguimos, era de esperar que la publicidad hiciera que muchos fuéramos a la página de Escolar y te votáramos (por supuesto que voté por también Reig y por Wyoming, ya sabes que contigo soy muy infiel).
Vamos que no me parece raro, como no me parecerá raro si mañana veo que ha entrado más gente a ver mi página por el hecho de haber dejado aquí este comentario, es la "publicidad viral" que llaman los friquis.
Un beso para Charo y otro para ti.
Escrito por: Manuel Couceiro.2007/11/16 11:19:9.793000 GMT+1
http://www.manuelcouceiro.com
Escrito por: kvafis.2007/11/16 14:42:54.663000 GMT+1
http://kvafis.wordpress.com/
En respuesta a Ángel:
El Mundo no necesita crítica: se retrata él solo.
El País, sin embargo, va de diario progresista y es eso lo que realmente hay que criticar y desenmascarar.
Escrito por: Enrique.2007/11/16 16:32:31.988000 GMT+1
¡Bien por el re-autobombo!
Y a pesar de la negrura de tus pensamientos, me ha hecho gracia leer tu artículo sobre eso de que estáis cayendo como chinches. Me estaré haciendo mayor, yo también. Pero bueno, ya va siendo hora.
Escrito por: Belén.2007/11/19 16:57:13.506000 GMT+1