Insisten los socialistas, empezando por el propio Rodríguez Zapatero, en que un partido de izquierdas –se refieren a Esquerra Republicana de Catalunya– no puede defender el «no» en el referéndum sobre el nuevo Estatut porque eso significaría coincidir con el PP, lo cual sería indigno de alguien que se considere de izquierdas.
El argumento es realmente estupefaciente.
Lo es, en primer lugar, en boca de los dirigentes de un partido que no ha parado de coincidir con el PP en asuntos de primerísima importancia a lo largo del último cuarto de siglo.
Todos recordamos los tiempos en los que, siendo Julio Anguita coordinador general de Izquierda Unida, el PSOE lo criticó muy severamente por formar una «pinza» con el PP –eso se decía– para acosar a Felipe González. IU publicó entonces un informe sobre las veces que PSOE y PP habían votado mano a mano leyes y resoluciones gratas a la derecha social. Eran infinitas más que las que IU y PP habían coincidido en tal o cual posición crítica al Gobierno de González.
Con Rodríguez Zapatero ha sucedido lo mismo. El caso más llamativo, el de la última Ley de Partidos, que tanto está embarullando el proceso de pacificación de Euskadi.
Parece deducirse de ello que el PSOE se reserva el derecho a votar lo mismo que el PP cuanto le dé la gana, pero que no acepta que lo pueda hacer ningún otro.
Pero es que, además, y en segundo término, una cosa es ir de la mano del PP, con firma y rúbrica conjunta, y otra, muy distinta, coincidir con el partido de la derecha en un rechazo sustentado en razones no sólo diferentes, sino incluso opuestas. ¿Habrá de estar prohibido criticar tal o cual propuesta gubernamental por insuficiente, si el PP se opone a ella por excesiva?
Carezco de interés en recomendar a ERC que defienda uno u otro signo de voto en el referéndum del Estatut. Es asunto suyo. Me limito a defender el derecho que le asiste a tomar la posición que considere más adecuada, propugnen lo que propugnen los demás.
Alguna vez lo he expresado poniendo un ejemplo de broma: porque Aznar mire el reloj y diga que son las 14:30 yo no voy a decir que es otra hora, para no coincidir con él.
Lo que sí haré es mirar bien mi reloj para comprobar si efectivamente son las 14:30.
_____________
(*) El zoom que hoy me publica El Mundo («La libertad otorgada») ni ha aparecido ni aparecerá en estos Apuntes.