Si uno se fiara de las apariencias y creyera que es verdad lo que dicen los políticos de profesión, tendría muchas dificultades para entender lo que está sucediendo en la política vasca. Veamos. Punto 1: salvo el PP, todos los partidos consideran que BHBEHO (siglas de «Batasuna Herri Batasuna Euskal Herritarrok Ocomoseleponga») tiene que estar presente en la vida política oficial porque su acuerdo –el de su base social– es necesario para la PNESMPT (siglas de «Pacificación y Normalización de Euskadi Sin Mayores Precisiones Territoriales».) Punto 2: BHBEHO no puede estar presente en la vida política oficial a todos los efectos por dos razones que parecen la misma pero que no lo son: porque fue ilegalizada en virtud de una ley ad hoc y porque los jueces de ANETOP (siglas de «Audiencia Nacional Ex Tribunal de Orden Público») se empeñan en aplicar esa ley cuando se les pone. Punto 3: según esa ley, ningún otro partido estaría capacitado para entrevistarse con BHBEHO sin incurrir en delito, pero (punto 4) esa posibilidad de la ley ha sido anulada de hecho, con gran disgusto del PTSJPV (siglas de «Presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco»), porque los de TOPSPP (siglas de «Todos los Otros Partidos Salvo el PP») han decidido que es una bobada y que prescinden de ella, y los mendas de ANETOP se han dado cuenta de que quedarían muy mal si metieran a TOPSPP en la cárcel. Punto 5: establecido el punto 4, bastaría con que los de TOPSPP se comportaran en cualquier otro punto del orden del día político igual que hacen a la hora de reunirse a hablar con BHBEHO –por ejemplo, cuando BHBEHO convoca una manifestación–, lo que tendría como resultado que ANETOP habría de meterse sus prohibiciones por salva sea la parte, reclamando a GZFMPED (siglas de «Gobierno de Zapatero, Fiscalía, Mayoría Parlamentaria y Estado de Derecho») que procediera a la liquidación por derribo de la Ley de Partidos Políticos.
¿Y por qué no se hace eso? Pues no lo sé, pero sospecho que por las mismas razones que hicieron que a la hora de la Transición española, allá por 1977, algunos partidos aceptaran que el Gobierno de turno los legalizara a ellos, pero no a otros. Se cuenta, y con bastante detalle, que por aquellas fechas un tal Felipe González sugirió a un tal Adolfo Suárez que mantuviera en la ilegalidad al PC (siglas de «Partido Comunista», no de «Personal Computer») por lo menos hasta después de las primeras elecciones, porque no había que facilitar las cosas a «los comunistas». Nada demasiado escandaloso, si se tiene en cuenta que un tal Santiago Carrillo aceptó poco después presentarse ante las urnas sin importarle que todavía hubiera partidos de izquierda no admitidos en la legalidad. Lo recuerdo bien, porque hubo varios de ellos, vascos de origen y coaligados para la ocasión, que me pidieron in extremis, por razones de plazo (yo estaba en Madrid, y ellos no), que registrara a mi nombre unas siglas, cosa que hice, como favor personal. Las siglas eran EE, abreviatura de Euskadiko Ezkerra.
Me pregunto si seguirán figurando a mi nombre en la clase 16 de la oficina de patentes y marcas.
Y es que, al final, las siglas que acaban imponiéndose, desde los tiempos de Francisco de Quevedo, tan excelente escritor como vendedor de amigos, son siempre las mismas: AYC. O sea, Ande Yo Caliente.