Películas estrenadas en el primer semestre de 2001
PLENO VERANO
Plenitud de sentimientos
FICHA TÉCNICA
Título Original: A la verticale de l’eté
Francia-Vietnam. 2000. 112 min.
Director: Trân Anh Hûng
Guión: Trân Anh Hûng
Intérpretes: Trân Nû Yên Khê, Nguyên Nhû Quyhn, Lê Khanh, Ngô Quang Haî, Chu Hûng, Trân Manh Cuong, Lê Tuan Anh
El creciente interés de los festivales europeos por el cine asiático está provocando que cada vez sean más las películas orientales que se estrenan en los cines de nuestras ciudades. No deja de ser una grata novedad, pero a veces los experimentos son menos peligrosos si sólo se hacen con gaseosa. Trân Anh Hûng, autor de El olor de la papaya verde y Cyclo, fue seducido por la armonía, sensualidad e intimidad de Hanoi, capital de Vietnam, y sintió el deseo de dedicarle una película
Pleno verano es una sereno y sofisticado filme sobre los sentidos. Cuenta la historia de tres hermanas y sus respectivas historias de amor, los secretos que –a pesar de sus supuestas confidencias– se guardan para sí mismas, y los que intentan ignorar sobre la idealizada y errónea imagen que tienen del modélico y feliz matrimonio de sus fallecidos padres. Los sentimientos son los verdaderos protagonistas de una película lenta, que quiere trasladar al espectador la belleza de lo cotidiano: el delicioso despertar diario de una pareja de hermanos bordeando el incesto, el precioso y apacible paisaje o la diminuta hoja que fotografía un botánico, el atasco intelectual de un escritor ante su primera novela, las animadas y divertidas charlas de un grupo de mujeres preparando la comida, los románticos encuentros de los recién enamorados, los silenciosos besos y abrazos de los infieles y las relajantes siestas entre las flores y cantos de los pájaros. Cada secuencia está rodada con inmejorable estética, cuidando cada detalle, cada color, cada sonido, cada mirada, cada sonrisa, cada una de las implacables interpretaciones. Pero tanto efectismo y tanta paciencia logra desesperarme, no logro enterarme bien de lo que ocurre, sólo cuando llega el final creo haber cogido el hilo argumental, no entiendo esa feliz existencia, ese aislamiento emocional y social, de una familia que parece ignorar todo lo que le rodea en un país como Vietnam, hay momentos en los que el aburrimiento me atrapa y los ojos amenazan con cerrarse. Aún así –contradicciones inexplicables– los peros no impiden que me quede un grato recuerdo de sensaciones y emociones que pocas películas consiguen.
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