FICHA TÉCNICO-ARTÍSTICA
Título Original: Gosford Park
Gran Bretaña-EUA. 2001. 137 min.
Dirección: Robert Altman
Guión: Julian Fellowes
Producción: Robert Altman, Bob Balaban, DAvid Levy
Fotografía: Andrew Dunn
Montaje: Tim Squyres
Música: Patrick Doyle
Intérpretes: Ellen Atkins, Bob Balaban, Alan Bates, Stephen Fry, Richard E. Grant, Derek Jacobi, Kelly Macdonald, Emily Watson, Michael Gambon, Kristin Scott Thomas, Maggi Smith, Camilla Rutherford, Ryan Phillippe
El independiente y veterano profesor Robert Altman mira al viejo continente cuando lo que tiene que rodar es una película mucho menos comercial, aunque él siempre haya huido y se haya reído de los circuitos hollywoodienses, que sus últimas producciones. Traslada, pues, a Europa su genialidad y talento para el alumbramiento de Gosfork Park, una obra realmente coral y diversa, una película difícil de catalogar en estos tiempos de cine tan moderno, ruidoso y de excesivo maquillaje, pues tiene mucho más de cine clásico, directo, elegante y profesional. Gosford park transcurre íntegramente en una mansión del mismo nombre donde grandes aristócratas se reúnen para pasar unos apacibles y agradables días en compañía de amigos y familia de la alta nobleza y la riqueza. Un suceso inesperado es la excusa perfecta para mantener durante más tiempo en la mansión a los presentes y hacer una excelente radiografía de todos los personajes.
Una escena de Gosford Park
Robert Altman ha creado un film lleno de alma y sabiduría, de descomunal belleza y exquisita escenografía, en el que habla de unas gentes y unas clases en decadencia, que prácticamente no existen como fueron entonces y que son sustituidas progresivamente por la nueva riqueza liberal que nos invade. En Gosford Park hay un análisis de personas a través de una vuelta de tuerca tan necesaria como rica en matices y argumentos: vuelve la mirada hacia la servidumbre, esas mujeres y hombres que viven detrás de los salones, bajo las grandes suites, escondidos en un mundo paralelo al de sus amos. Hay también gran cine, una historia sugerente y misteriosa a través de la cual se diseccionan las partes más íntimas y recónditas de nobles y siervos, las estrechas relaciones que se establecen entre ellos y esa gran parte de doble moral y mentira que fluye en ese ambiente. Un sólido y profesional equipo de actrices y actores británicos, un equipo técnico para quitarse el sombrero y un excelente guión –en el que cabe incluso un curioso guiño hacia la propia profesión– son las piezas fundamentales que maneja Altman a la perfección. Gosford Park tiene la gran virtud de no repetirse ni agotarse en casi dos horas y media de film, y contiene todo lo indispensable para convertirse en un clásico inmortal, un film intemporal que será difícil no catalogar como una auténtica joya, una inmensa obra maestra.
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