Papelería Rocío (Objetos de escritorio) Manuel Luna y Brena la Música |
Resistencia,
2004 |
Dice el
folleto de presentación que manda Resistencia: «En 1988 y logrando
mucha más repercusión allende nuestras fronteras que en el panorama musical
patrio, ve la luz uno de los trabajos más revolucionarios editados en España:
"Los gallos de Londres".
Disco prematuro para un mercado aún por hacer, "Los gallos de Londres" de Manuel Luna fue punta de
lanza por donde las distintas fusiones nacidas a partir de las músicas
norteñas de raíz, pudieron, y aún pueden, desarrollar un camino autóctono no
contaminado de celtismo anglosajón u otras modas paneuropeas; modas que han
terminado, las más de las veces, relegando a un segundo plano la identidad
musical propia. Exenta pues de influencias ajenas a su tradición natural, y
sin entrar a valorar lo adecuado o no de las mismas en un mundo que oscila
entre la globalidad y la identidad personal, la obra obedecía a criterios
creativos que entroncaban directamente en las raíces culturales del norte
peninsular. »Manuel Luna, antropólogo, investigador,
músico e intérprete, retoma aquel trabajo (editado en su día tan sólo en vinilo
y ya descatalogado), le añade nuevas canciones, arreglos, remasterización y
mezclas en dos sucesivas etapas que van del 2000 al 2004 y, junto al grupo
Brena la Música, reinicia con el mismo espíritu la andadura del camino de
"Los gallos..."
presentando este "Papelería Rocío
(Objetos de Escritorio)" y comenzando con él la forja de otros
nuevos proyectos en los que seguirá acompañándole esta banda de música
norteña. »Son aquellas melodías, arregladas y
trasformadas junto a otras nuevas, las que conforman esta novedosa propuesta
convertida ahora en ensoñación musical, casi poética, y que recupera la
memoria de infancia del autor. Desde la Alameda santanderina, la Papelería
Rocío nos introduce en al cancionero cántabro para aterrizar en esta recién
comenzada centuria con una propuesta de sabor contemporáneo. En el trabajo,
músicos de nivel: los primeros registros, con la impronta de Luis Delgado,
Cuco Pérez y Quique Valiño, quienes, entre otras colaboraciones, marcan las
pautas de una primera aportación, quedan ahora en las manos de Chema Murillo,
Paco San José, José Luis Yagüe, Chisco Guazo, Fernando Gómez y Gorka Hermosa.
Nuevos criterios de expresión para una voz que se inscribe con personalidad
en la larga tradición de la "tonada" norteña. »Por Papelería Rocío desfilan cantos de ronda
en su variante tabernaria y ritual, romances, jotas pasiegas y bailes a lo
"ligero", tonadas con alternancias de modos mayores y menores,
melodías de picayos, rumbas y pasodobles que nos relacionan íntimamente con las
particularidades cántabras, montañesas y pasiegas, donde aún la ganadería
trashumante tiene cabida y las tonadas nos hacen respirar distintos conceptos
de vida y relación social. »Manuel Luna, biografía »Manuel Luna nace en Santander en el año 1955,
en medio de una tormenta cerrada que dejó a la capital montañesa sin la luz
del día. Quizá fue esto la premonición de un carácter inquieto e
incorformista de quién ha decidido compartir su futuro académico y
profesional con la habilidosa función de contagiar a propios y extraños las
esencias de la cultura campesina. »Emigrado de su tierra natal, el camino de su
experiencia vital se ha desarrollado por territorios madrileños, andaluces,
manchegos y murcianos si perder un ápice de su raigambre cántabra y norteña. En
sus conciertos ha divulgado lo recogido y aprendido a lo largo de estos
terrenos. Más allá de las fronteras, ha tomado puerto en escenarios noruegos,
portugueses, griegos, italianos y franceses, lo que le ha permitido combinar
la perspectiva del investigador que analiza desde la etnomusicología su
patrimonio, con las mezclas e importaciones que da la vida y sus aconteceres. »No contento con comunicar su experiencia
musical en conciertos y talleres de interpretación, a lo largo de la década
de los 80, el autor lleva a cabo la realización de distintos programas
radiofónicos y foros de debate en los que de forma beligerante y partidaria
defiende el derecho a tener y mantener una cultura propia. »Su vinculación a la música tiene que ver con
una larga tradición familiar donde hay compositores de Sinfónica e
intérpretes de canción popular. Él calcula que a esto debe su temprana
inclinación, aunque sospecha que algo tuvo también que ver alguna coral de
colegio salesiano mezclado a su irreprimible apetito por las bondades de la
gastronomía de todas nuestras regiones y nacionalidades. Su afición por la
etnomúsica es una mezcla de todos estos elementos y su resultado un rico
potaje aderezado con hierbas de aquí y de allá. »A la postre, todo podría venir a concretarse
sobre el siguiente esquema: ‑Participaciones adolescentes en
incipientes grupos de folk. ‑Trabajos de campo sucesivos que le
permiten conocer las culturas campesinas sin traducciones S.F. (Sección
Femenina). ‑Experiencias contestatarias en los años
de la transición política, trato con bandas de aquí y de allá que le permiten
conocer las más modernas reelaboraciones de la música de raíz. ‑Una profunda convicción en que nadie
que tiene un millón de pesetas lo tira a la papelera, lo mismo que un
patrimonio cultural creado en generaciones no puede ni debe dilapidarse
alegremente. »...Y así nacen las canciones, cargadas de
música tradicional y con el añadido de nuevos textos acordes al siglo en que
vivimos bajo la sensación de no estar haciendo arqueología sino música
contemporánea, aunque a veces esto sea una china en el zapato para quienes,
pretendan crear un único mercado del gusto, un mundo de la homogeneidad sin
respeto a la diferencia. »Manuel Luna da clases de antropología en la
Universidad y está implicado en diversos proyectos de desarrollo rural. »Brena
la Música »En las comarcas pasiegas de Cantabria tienen
la particularidad lingüística de llamar brena a la braña o pasto de altura.
Un lugar desde donde se divisa el horizonte y que marca el territorio de
alguien, una referencia en la toponimia local para un cántabro visitador de
espacios rurales que sin embargo se ha criado en la ciudad, en frente de unos
Agustinos que ya no están, al comienzo de la Alameda santanderina, entre los
recuerdos de una papelería llamada Rocio, donde viven el Capitán Trueno, el
Jabato, Pantera Negra, el Sargento Gorila y el profesor Franz de Copenhage
con sus inventos para el TBO. »El grupo que acompaña a Manuel en esta
aventura musical está formado por: Alfredo Valero (acordeón), Enrique Valiño
(rabel y violín), Fernando Gómez (flautas, gaitas y requinto), José Luis
Yagüe (bajo y contrabajo) y Eduardo Meco (batería y percusiones).» Y aquí se termina
lo que dice el folleto, que está bastante bien contado. ¿Algo que añadir? Bueno, si: que, para aquella gente a la que le
guste la música tradicional renovada, hecha con arte y con gracia, éste es un
disco de primera. Y eso no lo dicen los que lo han editado, sino mi menda,
que lo ha oído ya varias veces. / J. O.
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