Miquel Gil |
Galileo, 2004 |
Empiezo manifestando la agradable sorpresa que
sentí cuando escuché por primera vez este disco. Conocía a Miquel Gil de los
tiempos en que estaba en Al Tall y
tengo que confesar que “ me cuesta” la música tradicional, seguro que por una
errónea concepción y una falta de apertura por mi parte. No dudo que en mi interés por Katà ha influído notablemente el aire fresco y actual que acompaña a los instrumentos tradicionales, la familiaridad
del toque mediterráneo que desprende todo el disco, y el reconocimiento
del esfuerzo de este cantaor (como él
mismo se define) por sacar adelante un proyecto diferente por el que ha
tenido que luchar durante años. El resultado es un trabajo atractivo y de
excelente calidad. Como tanta gente en su tierra, el Pais
Valencià, Miquel Gil empezó en la música siendo crío tocando en una banda. A
los16 años fundó Al Tall. Después vendría Terminal Sur y finalmente sus dos trabajos más personales Orgànic
(2002) y Katà (2004). Katà,
es un recorrido por las tierras mediterraneas: Andalucía, Pais
Valencià, Catalunya, Ses Illes.. con algunas escapadas al Magreb, a Grecia, a
Turquía. Miquel Gil dice partir de lo local pero incorpora fusionándolas, otras aportaciones de
lugares más o menos lejanos consiguiendo una naturalidad que sólo es
explicable, además de por su excelente trabajo y el de los músicos que le
acompañan, por el constante intercambio que se ha producido durante tantos siglos alrededor de este
pequeño mar, encuentro de civilizaciones. Las letras son del mismo género que las de su
anterior disco: obra de poetas contemporáneos de lengua catalana, a excepción del tema que da nombre al
disco, que se basa en una experiencia personal y está escrita por el propio
Miquel. La voz de Gil suena a tierra: áspera y tierna, salvaje y acogedora,
pero sobre todo es capaz de expresar de forma intensa sentimientos profundos. Mención especial merecen los músicos que le acompañan en Katà: sus procedencias
reflejan también el recorrido geográfico de todo el disco y consiguen mostrar
el parentesco entre las músicas de diversas zonas mediterráneas. En los
vientos está el integrante del grup
valencià L’Ham de Foc, Eduard Navarro. También del mismo grupo es el
percusionista Diego López. Cristobal Rentero y Eduard Iniesta se encargan de
los instrumentos de cuerda. David Ferran, del bajo eléctrico. El toque
flamenco lo pone el guitarrista sevillano Raúl Rodriguez. Un tema particularmente destacable: “Memòria”.
Reproduzco una parte del poema de Manel Rodríguez Castellò
. Para ponerle la música no os quedará más remedio que haceros con el
disco. Vale la pena. MEMÒRIA Aixeque
l’arbre dels mots des de la soca pregona dels ulls. Hi puja fructífera saba
d’antiga memòria assedegada
de llums, erta en polsim. Les
branques s’eixamplen al vent que esbufega i n’arrenca unes fulles. Cull
espases groguenques del llim per
redreçar el nou arbre de clara nuesa. / María Zaloña |
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