Elena Ledda |
Marocco Music,
Milano, 2004 Distribuido en España por Resistencia, Madrid, 2005 |
Si dijera que conocía la
trayectoria musical de Elena Ledda, mentiría como
un bellaco. Si dijera que no me
arrepiento de haber tardado tanto en conocerla, sería un imbécil. Esta mujer es una joya. Nacida en Selargius (Cerdeña) no sé cuándo (pero no ayer, desde
luego), Ledda se las arregla desde hace años, por
lo que leo, para hacer una síntesis singularísima
de las tradiciones musicales sardas y de las tendencias más interesantes del folk internacional, que ahora se llama world music. Canta en sardo. Y, madre
de Dios, ¡cómo canta! Garra, fuerza, delicadeza, matices, expresividad... Lo
digo sin sombra de duda: es uno de los discos que más me han emocionado en
los últimos años. Fantástico. Un prodigio de buen gusto. Me quedé un poco mosca
cuando vi en la carátula que hacía una versión de Nights in White Satin. Cuando
la escuché, me rendí. Sabe sacar a la canción toda la épica que encierra sin
ceder ni un milímetro a la ampulosidad con la que tienta, a la que los
propios Moody Blues se
rindieron en parte, poniéndose en manos de la Filarmónica de Londres. Aquí,
un violín desgarrado suple con creces a toda una gran orquesta. Un disco imprescindible.
Sin más. Quien quiera saber más
sobre Elena Ladda puede ir a www.applausi.com/eledda/bio.htm
o a www.maroccomusic.com Pero yo lo que
recomendaría no es leer sobre ella, sino escucharla. / Javier Ortiz
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