Si con su anterior
trabajo ("Electric") alcanzó la cima, con "Sonic Temple"
The Cult ratificó la nueva senda emprendida dentro del hard-rock. Astbury y
Duffy, líderes de la banda, continuaron sacándose de la manga enormes
títulos como "Fire Woman", una verdadera delicia de inicio a
fin, desde la percusión a esa peculiar voz de Ian Astbury, una fiera
indomable en el escenario. "Sonic Temple" supuso la instalación definitiva
de The Cult en el panorama rockero sin medias tintas. De alguna forma,
estrecharon la mano de los nuevos adeptos que habían recibido impresionados
su "eléctrico" precedente. La canción "Eddie" (dedicada a
Edie Sedgwick) incluye elementos acústicos, teclados y arreglos orquestales,
lo cual no significa que su contundencia sea menor. "Sweet Soul
Sister" merece también ser citada, pese a responder a patrones bien
distintos. Iggy Pop participó en los coros del tema "New York
City". Con este álbum The Cult penetró en el mercado estadounidense y se
convirtió en telonero de grandes grupos, como Aerosmith.<
Juanjo Talavante
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